La Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP) registró 40 ataques a periodistas durante la semana de protestas del 9 al 14 de noviembre del 2020. Ninguno de los responsables del uso excesivo y desproporcionado de la fuerza ha recibido sanción efectiva.
La noche del 12 de noviembre del 2020 el periodista Alonso Chero (El Comercio) fue impactado por una canica de vidrio en la espalda, y Alonso Balbuena (Ojo Público) resultó gravemente herido en la pierna por el disparo directo de un cartucho de gas lacrimógeno. Las dos acciones, que tipifican como delitos de lesiones graves, fueron responsabilidad de las fuerzas del orden.
Al día de hoy, la labor del periodismo de investigación, ha permitido identificar a los presuntos autores mediatos de las lesiones, sin embargo, el mal llamado «espíritu de cuerpo» al interior de la Policía Nacional del Perú (PNP) viene perjudicando la investigación fiscal que es reiteradamente frustrada. Otro agravante ha sido el blindaje del actual Congreso de la República a los responsables políticos de los abusos, que, contradiciendo la investigación fiscal, libró de responsabilidades a Manuel Merino de Lama y Antero Flóres Aráoz.
La impunidad en este caso, como en otros de anterior data, han propiciado un clima hostil contra las y los reporteros y fotoperiodistas que registran la protesta social en primera línea. Por ello, las altas cifras de agresiones se repiten en un espiral sinfín de violencia contra la prensa, a sabiendas que no serán sancionadas.
Frente a esta situación, la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP) se mantiene firme en su reclamo por justicia frente a la impunidad sistemática en las agresiones.
Asimismo, exigimos al Estado que aplique las medidas efectivas que garanticen la no repetición de estos abusos. Ningún ciudadano o ciudadana debe temer la muerte por salir a protestar; ningún hombre o mujer de prensa debe temer lesiones por salir a cumplir su trabajo.
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