Fue un día funesto para todos. La cantante tejana Selena Quintanilla Pérez, «Selena» (1971-1995), había sido asesinada. Era el mediodía del 31 de marzo de 1995 cuando nos enteramos que la intérprete de origen mexicano había muerto a causa de 4 disparos de una pistola calibre 38, que le quitaron el respiro y muchos sueños aún por cumplir.
La asesina fue su ex socia comercial, Yolanda Saldívar. Ella permaneció 10 horas dentro de una camioneta con una pistola en la sien antes de entregarse a la policía. Por su parte, el padre y gerente de la artista, se refirió a Saldívar como “una empleada descontenta, sospechábamos que ella robaba dinero. Comenzamos a vigilarla hasta que fue atrapada”, dijo a los periodistas.
Recordemos que “Selena” era conocida como la “Reina de la música Tex-Mex”, por la fusión de la música tejana y mexica. A sus 23 años, ya tenía una carrera consolidada, había ganado dos premios Grammy. El primero en 1993 por el mejor álbum de música mexicano-estadounidense “Selena Live”. El segundo en 1995 por su exitoso álbum “Amor Prohibido”, que vendió 500.000 copias el año anterior.
Desde los nueve años cantaba en un hogar de músicos que supo estimularla. A los 16 años fue designada Vocalista Femenina del Año e Intérprete del Año en premiaciones de música Tex-Mex. Desde entonces no paró.
46 años después, la euforia que se siente al escuchar su música y sus canciones, siguen latente y seguirá de generación en generación.