La Unión Europea (UE) ofició este martes en Estrasburgo, Francia, una reunión cuyos informes repercutieron con fuerza en Europa, en particular en la capital belga.
Esas declaraciones ocurrieron como parte del vigésimo aniversario de la introducción del euro, con la acotación de que necesita transformaciones para adaptarse al presente financiero.
Oportunamente el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, significó que cuando lanzaron el proceso que llevó a moneda única les llamaron locos, creían que desaparecería, que no funcionaría, pero hoy ven con satisfacción su desempeño.
Recordó que el viaje comenzó con el Tratado de Maastricht que en 1992 consagró la creación del euro, que empezó a funcionar oficialmente en 1999.
Esa moneda apareció después de que los países cediesen sus competencias de política monetaria al Banco Central Europeo, aunque no llegó a los bolsillos de los europeos hasta 2002.
Desde entonces, la eurozona pasó de 11 miembros fundadores a 19, cuando el euro es utilizado por 340 millones de personas, y se convirtió en la segunda divisa mundial por detrás del dólar.
Sin embargo, para el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, el hecho de que la Unión Monetaria y Económica esté incompleta, explica que no se materializaran totalmente los beneficios del euro.
En este sentido consideró que, si bien se consiguieron grandes progresos a raíz de la crisis de 2008, no hay alternativa más que trabajar juntos para seguir reforzando la eurozona como motor de prosperidad.