Los asesinatos de periodistas palestinos crecen, con la ayuda de las armas de EEUU

 

Periodistas que cubren la guerra en Gaza se congregan frente al Hospital de los Mártires de Al Aqsa para rendir tributo a dos de sus colegas asesinados por fuerzas israelíes: el reportero de Al Jazeera Ismail al Ghoul y el camarógrafo Rami al Rifi, quienes perdieron la vida en el ataque del ejército israelí a un vehículo en movimiento en el campo de refugiados de Al Shati, el 31 de julio. Imagen Ashraf Amra / Agencia Anadolu

NACIONES UNIDAS – El creciente número de asesinatos de periodistas palestinos en Gaza ha desencadenado desde diferentes espacios la demanda de que Estados Unidos corte el suministro de armas a Israel.

Una carta abierta dirigida al estadounidense secretario de Estado, Antony Blinken, y firmada por decenas de reporteros, medios de comunicación y sindicatos de periodistas, afirma que Israel ha matado a más de 165 periodistas palestinos desde el 7 de octubre del año pasado, cuando un ataque de la milicia islamista Hamás a Israel, desencadenó una inclemente ofensiva sobre la Franja.

Encabezada por tres organizaciones internacionales -Defending Rights & Dissent, Courage Foundation y Roots Action- la carta subraya: «Es el mayor número registrado de periodistas muertos en cualquier guerra».

Mientras que los bombardeos indiscriminados de Israel sobre la densamente poblada Gaza significan que ningún civil está a salvo, Israel también ha sido documentado en repetidas ocasiones atacando deliberadamente a periodistas, dice la carta.

«Las acciones militares de Israel no son posibles sin las armas, la ayuda militar y el apoyo diplomático de Estados Unidos. Al proporcionar las armas que se utilizan para asesinar deliberadamente a periodistas, usted es cómplice de una de las mayores afrentas a la libertad de prensa en la actualidad», eplica el documento dirigido a Blinken y que está actualmente en circulación.

Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de Democracia para el Mundo Árabe Ahora (Dawn, en inglés), dijo a IPS que, son continuas las súplicas de la comunidad internacional para que Washington suspenda el envío de armas a Israel ante sus atrocidades sin precedentes contra los palestinos en Gaza, incluido el asesinato de más de 165 periodistas palestinos.

Para la especialista, resulta inimaginable que el gobierno de Joe Biden pretenda ahora vender a Israel nuevo armamento para facilitar aún más matanzas.

El 9 de agosto, el Departamento de Estado oficialmente al Congreso legislativo su intención de proceder a una nueva autorización de armas a Israel, incluidos 6500 kits de orientación de Municiones de Ataque Directo Conjunto.

Ello a pesar de las numerosas pruebas que documentan el uso por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de armas estadounidenses para llevar a cabo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, afirmó la organización Dawn, en un comunicado ese mismo viernes.

Esto «es una bofetada a la humanidad y a todos los valores que valoramos», dijo Whitson.

Blinken también anunció su decisión de no sancionar al tristemente célebre batallón Netzah Yehuda de las FDI, a pesar de las pruebas creíbles de sus sistemáticas y graves violaciones de los derechos humanos en la Cisjordania ocupada, en violación de las estrictas leyes estadounidenses que exigen la imposición de tales sanciones.

Whitson consideró que «es alucinante que, a pesar de las abrumadoras pruebas de los crímenes sin precedentes cometidos por las FDI en Gaza, que han conmocionado la conciencia del mundo entero, el gobierno de Biden dé luz verde a la transferencia de más armas letales a Israel».

«Es difícil comprender cómo la administración Biden puede justificar la recompensa a Israel con nuevas armas, a pesar del persistente desafío de Israel a todas y cada una de las súplicas que la administración Biden ha hecho instando a un mínimo de moderación, y a pesar del hecho evidente de que tales ventas violan las leyes de letra negra de Estados Unidos que prohíben las armas a los abusadores flagrantes como Israel», señaló.

Mientras tanto, hasta el viernes 9 de agosto, investigaciones preliminares del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, en inglés) mostraban que al menos 113 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación se encontraban entre los más de 40 000 muertos desde que comenzó la guerra contra Gaza.

Eso lo que lo convierte en el periodo más mortífero para los periodistas desde que el CPJ comenzó a recopilar datos en 1992.

Los periodistas de Gaza se enfrentan a riesgos especialmente elevadoscuando tratan de cubrir el conflicto durante el asalto terrestre israelí, incluidos los devastadores ataques aéreos israelíes, la interrupción de las comunicaciones, la escasez de suministros y los extensos cortes de electricidad, señaló el CPJ.

Esto ha supuesto que cada vez sea más difícil documentar la situación de la ofensiva israelí en Gaza, y el CPJ está investigando casi 350 casos adicionales de posibles asesinatos, detenciones y heridos.

Ramzy Baroud, periodista y editor de The Palestine Chronicle, dijo a IPS que Israel ha matado, hasta la primera semana de agosto, a 168 periodistas palestinos, del mismo modo que ha asesinado a más de 200 trabajadores humanitarios, cientos de médicos, sanitarios y personas de todas las categorías y procedencias. Nada de esto es casual.

Una prueba sencilla de que Israel ataca deliberadamente a los periodistas es el hecho de que habitualmente produce y promueve historias que justifican su asesinato, a menudo acusándoles de terrorismo, explicó. Israel aún no ha aportado ni una sola prueba creíble contra ninguno de los periodistas asesinados.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Ya el 11 de octubre, el presidente israelí, Yitzhak Herzog, había declarado que «no hay civiles inocentes en Gaza». Esta inquietante lógica israelí se aplica a todos los palestinos de la Franja, incluidos los periodistas.

Para Baroud, «Israel debe rendir cuentas por sus continuos asesinatos de periodistas».

«Una enorme responsabilidad recae sobre los hombros de los periodistas y las organizaciones de medios de comunicación de todo el mundo, que a menudo ignoran el propio asesinato de sus colegas en Gaza, por no hablar de la difusión de las acusaciones infundadas de Israel, a menudo sin cuestionar su credibilidad o mérito», razonó.

«El hecho de que los gazatíes sigan informando sobre su propio genocidio a manos de Israel es heroico más allá de las palabras», consideró Baroud, quien también es investigador principal no residente del Centro para el Islam y Asuntos Globales (Cciga).

Insistió en que estos periodistas «no deben ser repudiados, y no deben seguir informando y muriendo solos sin una verdadera solidaridad internacional que pueda hacer rendir cuentas a sus asesinos».

James Jennings, presidente de la organización Conscience International, dijo a IPS que los heroicos mártires de la prensa libre en Gaza merecen ser honrados por toda la humanidad, como mínimo con el Premio Nobel de la Paz. «Permanecer bajo las bombas, informar de la verdad y pagar con la vida es un acto de valor sobrehumano», argumentó.

El trabajo de los periodistas es simplemente hacer informar a diario, iluminar la verdad escribiendo o contando lo que ven en el campo de batalla. «Matar a los mensajeros es señal de que los autores les temen a ellos y a su influencia», señaló.

«El engaño y la mentira son parte importante de la guerra. ¿Cómo si no podría la gente masacrar a miríadas de otros y hacerlo con impunidad?», se preguntó.

Pero la verdad tiene dos caras: la de enviar y la de recibir.

«Negarse a dar crédito a los periodistas honestos significa que en realidad no queremos oír lo que dicen. Elegir creer mentiras porque queremos que sean verdad es lo que permite que las guerras continúen», reflexionó Jennings.

Añadió que «peor que mentir al enemigo es mentirse a uno mismo».

«Intentar ocultar la pura verdad negando los hechos o mirando hacia otro lado equivale a la locura. ¿Cuándo dejarán los estadounidenses de mentirse a sí mismos y empezarán a creer en sus propios ideales?», se preguntó Jennings.

Ibrahim Hooper, director nacional de Comunicación del Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (Cair), con sede en Washington, la mayor organización de defensa de los derechos civiles y musulmanes del país, afirmó:

«Lo único que puede explicar el escandaloso silencio de los profesionales de los medios de comunicación estadounidenses e internacionales sobre el asesinato masivo de sus colegas palestinos es la deshumanización sistemática y prolongada durante décadas del pueblo palestino, en la que la vida de los palestinos tiene un valor menor o nulo. Los periodistas de todo el mundo deben empezar a denunciar estos asesinatos y el genocidio israelí en Gaza».

En un comunicado emitido también la primera semana de agosto,  la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) afirmó que está vigilando los ataques y amenazas contra periodistas.

La agencia de la ONU señaló que en los últimos meses, múltiples periodistas que cubrían protestas en diferentes partes del mundo han sido objeto de diversas formas de ataques, como asesinatos, lesiones, detenciones arbitrarias y confiscación de sus equipos, mientras ejercían sus legítimas funciones como periodistas.

La Unesco recuerda «que todas las autoridades implicadas tienen el deber y la responsabilidad de garantizar la seguridad de los periodistas que cubren protestas en todo el mundo, de acuerdo con las normas internacionales y las obligaciones en materia de derechos humanos».

En la carta conjunta de periodista y organizaciónes mediáticas dirigida a Blinken se afirma que Israel ha hecho todo lo posible por eliminar la cobertura de los medios sobre su guerra en Gaza.

Para ello, destaca el mensaje, Tel Aviv ha impuesto la censura militar tanto a sus propios periodistas como a los reporteros internacionales que operan en el país y, con la ayuda de Egipto, bloquean la entrada a Gaza de todos los periodistas extranjeros.

Entre otras muchas acciones contra el derecho a informar, Israel cerró Al Jazeera, allanó sus oficinas, confiscó sus equipos y bloqueó sus emisiones y su sitio digital dentro de Israel.

Como resultado, aducen los firmantes, el mundo solo cuenta con los periodistas palestinos de Gaza para informar de la verdad sobre la guerra y las violaciones generalizadas del derecho internacional cometidas por Israel.

«El ataque deliberado de Israel contra estos periodistas parece destinado a imponer casi un apagón en la cobertura de su asalto a Gaza. Las investigaciones llevadas a cabo por organismos de Naciones Unidas, oenegés y organizaciones de medios de comunicación han revelado casos de ataques deliberados contra periodistas», se afirma en la carta.

Anteriormente, en una declaración conjunta, cinco relatores especiales de la ONU declararon: «Hemos recibido informes preocupantes de que, a pesar de ser claramente identificables con chaquetas y cascos con la inscripción ‘prensa’ o de viajar en vehículos de prensa bien señalizados, los periodistas han sido objeto de ataques, lo que parece indicar que los asesinatos, lesiones y detenciones son una estrategia deliberada de las fuerzas israelíes para obstruir a los medios de comunicación y silenciar la información crítica».

Según el derecho internacional, el ataque intencionado a periodistas se considera un crimen de guerra.

Todos los gobiernos están obligados por el derecho internacional a proteger a los reporteros, pero el derecho interno de Estados Unidos prohíbe también al Departamento de Estado prestar asistencia a unidades de fuerzas de seguridad extranjeras acusadas fehacientemente de graves violaciones de los derechos humanos.

El patrón bien documentado de ejecuciones extrajudiciales de periodistas por parte de Israel es una grave violación de los derechos humanos que se están enterrando en Gaza.

T: MF / ED: EG

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