Este artículo forma parte de la cobertura de IPS por el Día Mundial de la Alimentación, el 16 de octubre.
BULAWAYO, Zimbabue – Los altos niveles de hambre continuarán durante otros 136 años en muchos países del Sur en desarrollo, según un nuevo informe que evalúa el hambre en el mundo.
El informe, el Índice Global del Hambre 2024 (GHI, en inglés), pinta un panorama sombrío, prediciendo que los niveles de hambre en el mundo seguirán siendo altos durante otro siglo.
Si no se avanza más para acabar con el hambre, ésta seguirá revirtiendo muchos de los avances en materia de desarrollo. El informe culpa a las crisis combinadas de los conflictos, el cambio climático, los altos precios de los alimentos y la creciente deuda, como la razón que está negando a miles de millones de personas el derecho a una alimentación adecuada.
El hambre está aquí para quedarse
Publicado por Concern Worldwide (Preocupación Mundial) y Welthungerhilfe, el 10 de octubre, el GHI revela que es improbable que al menos 64 países alcancen niveles bajos de hambre hasta 2160 si continúa el actual ritmo de cambio.
El hambre alcanza niveles graves o alarmantes en 42 países, con conflictos que agravan las crisis alimentarias en lugares como Gaza y Sudán, donde ya hay hambruna en el norte de Darfur, en Sudán, según el informe.
En su 19 edición, el IHG clasifica a los países en función de los niveles registrados de subnutrición, retraso del crecimiento infantil, emaciación infantil y mortalidad infantil.
De los 136 países examinados, 36 se enfrentan a niveles graves de hambre, mientras que los seis últimos del índice -Somalia, Yemen, Chad, Madagascar, Burundi y Sudán del Sur- presentan niveles de hambre alarmantes.
Solo en 2023, 281,6 millones de personas de 59 países y territorios se enfrentaban a niveles de crisis o inseguridad alimentaria aguda, entre ellos Gaza, Sudán, Haití y Burkina Faso.
El informe advierte que son sombrías las posibilidades de alcanzar en 2030 el ODS2 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) acordados por la comunidad mundial dentro de la Naciones Unidas, el del Hambre Cero.
El director ejecutivo de Concern Worldwide, David Regan, describió la situación como decepcionante, ya que el objetivo de 2030 «está ahora fuera de nuestro alcance».
«Nuestra respuesta debe ser redoblar los esfuerzos para recuperar el impulso», dijo Regan a IPS. «Necesitamos una acción global para hacer frente al hambre», añadió.
África subsahariana y Asia del Sur son las regiones más afectadas por el hambre. Según el GHI, unos 22 países de África se enfrentan a graves niveles de hambre. De los 10 primeros países citados por tener niveles de hambre entre graves y alarmantes, cinco están en África.
Confictos, clima y deuda alimentan el hambre
Según el informe, los conflictos armados a gran escala, el cambio climático, los altos precios de los alimentos, las perturbaciones de los mercados, las recesiones económicas y las crisis de la deuda en muchos países de ingresos bajos y medios se han combinado para complicar los esfuerzos por reducir el hambre.
«Los conflictos solo pueden resolverse cuando los actores externos que normalmente los alimentan dejan de utilizarlos para adquirir recursos o aumentar la inestabilidad de los Estados más frágiles», dijo Regan a IPS.
Añadió que «el cambio climático no se detendrá hasta que los responsables de las mayores emisiones las reduzcan».
«No es posible decir que el derecho humano a la alimentación se está respetando a nivel mundial cuando las naciones poderosas claramente no están desempeñando su papel a la hora de abordar sus causas», añadió.
Regan criticó a las naciones ricas por no desempeñar su papel en la lucha contra el hambre en el mundo, afirmando que aunque no han dado la espalda al problema, el interés político por resolver el hambre ha disminuido en los últimos años.
El informe señala además que más de 115 millones de personas en todo el mundo son desplazados internos; algunos se han visto obligados a emigrar como consecuencia de la persecución, la violencia de los conflictos y muchos más desplazados por catástrofes relacionadas con el clima.
Las guerras de Gaza y Sudán han provocado crisis alimentarias excepcionales, según el informe, que señala el aumento de la desigualdad entre los países y dentro de ellos.
Aunque la pobreza extrema en los países de renta media ha disminuido, la desigualdad de ingresos sigue siendo persistentemente alta, y la pobreza en los países más pobres es peor que antes de la pandemia de covid-19.
La igualdad de género, clave para la seguridad alimentaria
El informe también llama la atención sobre el vínculo entre la desigualdad de género, la inseguridad alimentaria y el cambio climático, señalando que la combinación de estos factores ha sometido a comunidades y países a una tensión extrema.
«Los gobiernos deben invertir y promover la igualdad de género y el cambio climático y reconocer y cumplir el derecho a la alimentación para que todas las personas tengan asegurado el derecho a la alimentación», afirmó Regan.
Cuando se celebra, este miércoles 16, el Día Mundial de la Alimentación, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se hizo eco del llamamiento a una acción rápida para eliminar el hambre y garantizar que todo el mundo tenga acceso a alimentos sanos y nutritivos.
El Día Mundial de la Alimentación se celebra este año con el lema Derecho a la alimentación para una vida mejor y un futuro mejor, que subraya la urgencia de proporcionar alimentos variados y sanos a todos.
El director general de la FAO, Qu Dongyu, señaló que 730 millones de personas se enfrentan al hambre debido a los desafíos globales causados por catástrofes naturales y provocadas por el hombre. Además, más de 2800 millones de personas en el mundo no pueden permitirse una dieta sana.
«No hay tiempo que perder, debemos tomar medidas inmediatas, debemos actuar juntos», urgió Dongyu, reiterando que el derecho a la alimentación es un derecho humano básico.
T: MF / ED: EG
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