Tras la buena actuación se la selección peruana en el Sudamericano del verano de 1957 disputado en Lima y el posterior fracaso ante Brasil un mes después en las eliminatorias para el Mundial de Suecia 1958, la Federación Peruana de Fútbol gestionó dos lances amistosos ante selecciones europeas en el Estadio Nacional.
El primer encuentro se concretó ante Inglaterra en mayo de 1959 y el otro, un año después, ante España que llegó a Lima con el famoso Alfredo Di Stéfano.
Si bien los ingleses no pasaban por un buen momento futbolístico, con pobres actuaciones en las Copas del Mundo de 1950, 54 y 58, su figura Bobby Charlton bastó para llenar el Estadio Nacional de Lima, inaugurado en 1952 y entonces con una capacidad para 55 mil espectadores.
La noticia, sin embargo, estuvo por el lado de Perú que pasó por encima a la rubia Albión marcándole cuatro tantos. La tarde del 17 de mayo de 1959, los ingleses se mostraron impotentes para controlar a los peruanos que los golearon con tres tantos de Juan Seminario a los 10, 39 y 80 minutos y otro de Juan Joya a los 69. El único gol de los ingleses lo consiguió Greaves a los 60.
El noticiero Sucesos Peruanos informó en su reporte sobre el juego que «los ingleses sufrieron una aplastante derrota que se tradujo en un 4 a 1», y destacó «los comentarios posteriores que acreditan la perfecta sincronización de los hombres que componen el seleccionado peruano».
«El equipo visitante mostró en todo momento muy poca inspiración y sus jugadas técnicamente bien estudiadas fueron desbaratadas por la sólida defensa nacional y los cuatro goles que fueron anidados en la red contraria dice muy alto de la preparación técnica del equipo», añade la nota publicada hoy en redes sociales.
Perú, entrenado por Gyorgy Orth, alineó esa tarde de otoño en Lima con Rafael Asca, Willy Flemming, José Fernández, Isaac Andrade, Juan de la Vega,Víctor Benítez, Óscar Montalvo, Miguel Loayza, Juan Joya, José Carrasco y Juan Seminario. Era un típico 3-2-5 de finales de la década del 59.
Inglaterra, dirigida por Walter Winterbottom, jugó con Eddy Hopkinson, Don Howe, Billy Wright, Jimmy Armfield, Ron Clayton, Ron Flowers, Norman Deeley, Jimmy Greaves, Bobby Charlton, Johnny Haynes y Doug Holden.
Otra historia ante España
El buen resultado ante los ingleses animó a los dirigentes a conseguir que España, que realizaba una gira por Sudamericana, se enfrentara a Perú también en el Nacional. El resultado esta vez fue desfavorable para la blanquirroja que cayó 1 a 3 ante el cuadro liderado por Alfredo Di Stefano, quien, aunque no deslumbró en la cancha, su sola presencia dio jerarquía y empuje a la ya entonces llamada «Furia roja».
Aquello ocurrió el 10 de julio de 1960 a estadio lleno. España salió a la cancha con Ramallets, Garay, Pachín, Rivilla, Segarra, Peiró, Verges, Collar, Di Stéfano, Suárez y Tejada. Por Perú destacaron Dimás Zegarra, Óscar Montalvo, Juan de la Vega y Joe Calderón.
Di Stéfano, quien por primera vez se presentaba en Lima, era considerado ese año como el mejor futbolista de Europa, figura máxima e ídolo del Real Madrid que venía de lograr diversas Copas de Campeones en el Viejo Continente.
La crítica de entonces mencionaba que España había generado mucha expectativa en Lima, mientras nuestro representativo decepcionó concluyentemente.
“De nuestra selección releva de todo comentario el 3 a 1. Empero los dirigentes están ‘chinos’ de contentos y piensan ofrecernos encuentros similares”, destacÓ la crónica de Caretas que agregaba que «Di Stéfano y Suárez mostraron una vez más ser verdaderos maestros del fútbol», mientras «Zegarra por Perú fue lo mejor del seleccionado».
“Individualmente los jugadores de la selección española mostraron su calidad y ejemplo fue el singular portero Ramallets”, escribió el cronista.
El diario La Prensa tituló al día siguiente que “todo Lima se había volcado al estadio”, y destacaba la buena actuación de Joe Calderón en Perú. Comentaba. además, que el público llegó a las graderías unas tres horas antes del inicio del juego.
Sobre Di Stéfano el diario de la calle Baquijano advertía que en la mayoría de sus intervenciones había dejado entrever una velocidad sorprendente para sus 34 años.
Este momento estelar de la selección patria, sin embargo, pronto se diluiría con nuevos fracasos eliminatorios para los mundiales de Chile e Inglaterra, además de pobres actuaciones a nivel de clubes en la naciente Copa Libertadores.
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