«Nunca vimos nada parecido a esta avalancha de desinformación y teorías conspirativas en España», dice Ximena Villagrán, directora de operaciones de la organización española de verificación Maldita.

Maldita identificó al menos 112 noticias falsas relacionadas con las inundaciones. Circuló que la tecnología del Programa de Investigación Auroral Activa de Alta Frecuencia (HAARP) era responsable de las inundaciones. También se difundió un número de teléfono de emergencia que resultó ser una estafa, y el rumor de que las autoridades habían encontrado y ocultado cientos de cadáveres en estacionamientos subterráneos de centros comerciales.

En medio de una de las peores catástrofes naturales de la historia de España, la información falsa generó más confusión y enojo entre las personas afectadas, muchas de las cuales ya se sentían abandonadas. «Las situaciones de emergencia son especialmente susceptibles a la desinformación», afirma Matthew Baum, profesor de la Universidad de Harvard especializado en desinformación. «Es difícil reconocer la información confiable en la secuela inmediata; el campo de juego de la información queda muy abierto y permite la entrada de rumores de diversos tipos que se propagan rápidamente, sin que haya nadie disponible o accesible para contrarrestarlos».

Influencers y personajes públicos españoles como Georgina Rodríguez, la esposa del famoso futbolista Cristiano Ronaldo, también participaron en la amplificación de desinformación en torno a las inundaciones. En Instagram, ella compartió un video a sus más de 64 millones de seguidores en el que se afirmaba que la ropa donada a las víctimas se había tirado a la basura. Resultó ser falso. «Georgina es la mujer más seguida en Instagram en España. Ese video llegó a todas partes en dos horas», señala Villagrán.

Carlos Elías, profesor de Periodismo de la Universidad Carlos III de Madrid, comparte la preocupación. «Lo peligroso es que la gente ya no ve la diferencia entre los periodistas de verdad, que tienen un código ético, y otras personas, que a veces tienen más seguidores que los medios tradicionales y que pueden retransmitir todo tipo de cosas», advierte.

Motivaciones detrás de la desinformación

Pocos días después de las inundaciones, se viralizó un video en el que se veía una fila de coches de la Policía y se escuchaba una voz en off diciendo que se trataba de la comitiva del rey de España, Felipe VI, o del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que estaban llegando a Paiporta, una de las localidades más afectadas. «El rey hipermega escoltado porque, si no, se lo van a comer con patatas», se escucha en el video, que alimentó la versión de que las autoridades locales estaban más pendientes de escoltar al rey que de ayudar a la población.

En realidad, la grabación muestra la llegada de refuerzos policiales —y no de guardaespaldas del rey— para ayudar a las víctimas. Ese mismo día, durante su visita oficial a Paiporta, Felipe VI fue recibido con insultos y barro.

Maldita identificó que Rusia estaba detrás de esa campaña de desinformación. «Empezamos a analizar cada canal y cuenta donde se publicaba el video en diferentes idiomas y finalmente llegamos a Rusia. La distribución inicial se hizo a través de canales de Pravda y páginas web vinculadas a campañas de propaganda rusa», explica Villagrán. El Observatorio Europeo de Medios Digitales considera que Pravda, que gestiona sitios web en varios idiomas, es una red de desinformación rusa.

De acuerdo con Maldita, el objetivo era claro: desestabilizar el país, aprovechando el enojo de las víctimas con las autoridades. «La idea era decir: ‘miren, su rey y su democracia no funcionan’. El objetivo, en realidad, era la democracia. [Rusia quiere] destruir todo aquello en lo que confiamos, incluida la idea occidental de democracia», explica Villagrán. Agrega que las organizaciones de verificación de Europa del Este han dado cuenta del mismo fenómeno.

Las razones detrás de la desinformación también pueden estar relacionadas con el beneficio político. «Algunas personas tratan de explotar las catástrofes naturales con fines políticos. Lo vimos hace poco en Estados Unidos con el huracán Helene, cuando se difundieron historias falsas en Carolina del Norte», explica Baum. «Fue con objetivos partidistas bastante claros, especialmente dada la proximidad del huracán a las inminentes elecciones presidenciales».

Un futuro preocupante

Un informe de Maldita reveló que las plataformas no tomaron suficientes medidas para contener la enorme oleada de información falsa en torno a las inundaciones. Las etiquetas que indican que el contenido es falso, engañoso o está generado por IA han estado ausentes o han sido difíciles de aplicar en grupos de WhatsApp, y en Telegram, Facebook e Instagram.

«En X, nos dimos cuenta de que la mayoría de los contenidos virales y la desinformación procedían de cuentas con la insignia azul. Significa que están monetizando, es decir, cobrando por publicar desinformación», señala Villagrán.

Con la elección de Donald Trump en Estados Unidos, y con Elon Musk formando parte de su equipo, a los expertos les preocupa que la información falsa se generalice aun más, especialmente en torno a eventos relacionados con el clima. «Ya hemos visto una explosión de este tipo de desinformación y no espero que disminuya a corto plazo», dice Baum. «En realidad, es probable que empeore a medida que los escépticos del clima ganen poder, lo que les dará un megáfono más grande».

Como en España hay más gente que desconfía de las noticias de la que confía en ellas, los expertos abogan por una mejor educación mediática. «Este es el mundo en el que vivimos», dice Elías. «Debemos aprender desde edades tempranas a verificar fuentes y a no creerle a ninguna persona en redes sociales que quizá esté más interesada en la publicidad que en la verdad».

Teniendo en cuenta el alcance que tienen hoy los influencers entre las audiencias, las autoridades deberían trabajar con ellos en tiempos de crisis, como hicieron durante la pandemia. «Las autoridades deberían tenerlos más en cuenta y compartir información con ellos, porque hoy tienen la confianza de su audiencia. Eso podría prevenir este tipo de situaciones», concluye el profesor.


Foto Kelly Sikkema en Unsplash.

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