De Niro y Anne Hathaway no redondean buena película

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La película El pasante de modas o The Intern (por su título en inglés, que se encuentra en cartelera peruana) me llamó la atención por dos motivos: la presencia de dos grandes actores de Hollywood como son el veterano Robert De Niro y la muy cotizada Anne Hathaway, además de tratarse de un filme sobre una innovadora política laboral.

En una empresa de alta costura de venta online deciden contratar practicantes de la tercera edad. Muchos de ellos han tenido un escaso contacto con el mundo de la informática y su variedad en redes sociales, jerga, mecanismos, etc. Además de tratarse del choque generacional, entre el trabajador de antes y los contemporáneos.

La premisa de El pasante de modas seducía y en su primera media hora nos va sumergiendo en ese debate entre dos estilos de trabajo, sobre ¿qué prima entre la experiencia laboral o el manejo de las nuevas tecnologías? La convivencia en una oficina monopolizada por jóvenes y un hombre de setenta años.

Lo malo es que esa interesante veta fílmica se va perdiendo en otros detalles de la trama. Deriva en una cinta más sobre la relación paternalista de un sujeto con la maestría de haber llevado una buena vida (Robert De Niro) y una joven empresaria exitosa, pero cuya tranquilidad familiar pende de un hilo (Anne Hathaway).

Incluso el mensaje feminista al final de El pasante de modas se vuelve contradictorio, pues el personaje de Hathaway se anima a seguir liderando su compañía, pero no lo hubiera logrado sin el sabio consejo de un hombre mayor. La interacción laboral, lo mejor que el filme parecía ofrecer, se va desvaneciendo en el devenir de la película.

Lo que sucede es que ante la aridez de propuestas cinematográficas de relevancia, tenemos por ejemplo el fallido experimento multinacional de Lusers, El pasante de modas brilla. Lo que nos permite pensar, al dar una ojeada a la cartelera norteamericana que hay varias cintas que nos están negando (como El Coro, una emotiva realización con Dustin Hoffman).

Pero, a mi gusto, El pasante de modas es un tímido reflejo de otra cinta protagonizada por Anne Hathaway: El Diablo viste a la Moda. Donde ella hacía tándem con Meryl Streep, extraordinaria en el rol de rigurosa editora de una de las revistas más importantes de modas a nivel mundial. Un peliculón.

Recuerdo que un colega me preguntó ¿Cómo puede gustarte tanto un filme sobre un tema tan frívolo como la moda? El Diablo viste a la Moda iba mucho más allá, trataba sobre ética laboral, el mundo de la competencia y la pregunta que se te presentará más de una vez en tu carrera: ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar para triunfar? ¿Sobre quién pasarías para alcanzar el éxito? Es, sin lugar a dudas, una cinta de la categoría de Wall Street de Oliver Stone y su secuela, que te plantean interrogantes similares.

 

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