BOGOTÁ.- El jefe negociador del Gobierno colombiano en los diálogos de paz con las FARC, Humberto de la Calle, resolvió hoy algunas de las dudas del empresariado del país con respecto a las negociaciones que se mantienen con la guerrilla desde hace casi tres años en La Habana.
Durante uno de los encuentros «La paz es de todos y para todos», organizados por Foros Semana, la agencia de cooperación de EEUU (Usaid) y la embajada de Suecia, De la Calle valoró que los gremios del país expresaran este lunes su apoyo a los diálogos en un documento leído en presencia del presidente, Juan Manuel Santos.
«Me parece muy importante que los gremios se hayan pronunciado, que le hayan entregado al presidente un documento en el cual hay un apoyo general al proceso y unos reparos. Nuestro problema ya no es sólo el de La Habana. Necesitamos paz en La Habana, pero necesitamos paz en Colombia«, declaró el jefe negociador desde Pereira (centro).
Asimismo, indicó que hay que «pensar más en el futuro, no limitarnos al problema de la confrontación armada porque esto (las negociaciones) lo que dispara es una oportunidad hacia el futuro».
De la Calle volvió a explicar temas relacionados con «los posibles mecanismos de refrendación, la dejación de armas y los acuerdos hasta ahora alcanzados», indicó su despacho en un comunicado.
Entre ellos destaca el reciente acuerdo alcanzado con las FARC para buscar a los miles de desaparecidos en Colombia, que desde la perspectiva del Gobierno consiste en «impulsar los procedimientos que hoy existen para la identificación y entrega de personas que han sido inhumadas como N.N.».
Además, se plantea «a futuro la creación de una unidad nueva y vigorosa que asuma todo el tema de desaparecidos en Colombia«.
El jefe negociador recordó que el propósito de los diálogos con las FARC no consiste solo en terminar la confrontación armada, sino en buscar «un futuro con mayor inclusión, con mayor equidad social, con mayor énfasis en derechos económicos y sociales, con mayor preocupación por el medioambiente».
«Lo que queremos es una paz grande, una ocasión para una especie de impulso profundo de Colombia hacia unas metas mucho más contemporáneas», concluyó.