KABUL.- Al menos 17 de los 19 policías, entre ellos un jefe policial, que los talibanes mantenían secuestrados desde el pasado lunes en la provincia afgana de Faryab (noroeste) fueron ejecutados, varios de ellos decapitados o con sus extremidades amputadas, informaron hoy a Efe fuentes oficiales.
«Hemos recibido los cuerpos de 17 policías ejecutados, pero la suerte de los otros dos no está clara, si fueron también ejecutados o están aún vivos», dijo a Efe el jefe del Consejo Provincial de Faryab, Sayd Abdul Baqi Hashimi.
Los insurgentes mataron ayer a los miembros de la Policía afgana, entre ellos el jefe en el distrito de Ghormach, Abdul Majid Gilumbaf, y sus cuerpos fueron llevados hoy a Maimana, la capital provincial, afirmó Hashimi.
El jefe del Departamento de Investigación Criminal en la provincia, Sarbaland Hassam, aseguró que los policías fueron torturados y después asesinados «brutalmente».
«Tres de ellos fueron decapitados, otros fueron atropellados con coches y otros tenían las manos y los pies amputados con espadas», añadió Hassam.
El pasado lunes los talibanes mataron a 20 policías y secuestraron a otros 19 durante unos enfrentamientos por el control del distrito, en los que también fallecieron 12 insurgentes.
Ghormach cayó en manos de los atacantes el domingo y aún prosiguen los combates para recuperarlo por parte de tropas afganas, que se encuentra a unos diez kilómetros de la sede del distrito.
Durante los últimos 14 años de conflicto en Afganistán tras la invasión estadounidense, los insurgentes han tenido tradicionalmente mayor influencia en las provincias del sur y este del país, una tendencia que ha cambiado durante los últimos meses.
A finales de septiembre, los talibanes tomaron la ciudad septentrional de Kunduz, capital de la provincia homónima, en el logro militar más importante de los insurgentes desde la caída del régimen talibán el 2001, aunque fue recuperada por las tropas afganas tres días después.