QUITO.- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, informó este sábado que se prevé que un moderado o fuerte Fenómeno El Niño se presente a fines de año en el país andino, aunque apuntó que será ´menos fuerte´ que el ocurrido entre 1997 y 1998 cuando sus efectos dejaron daños y millonarias pérdidas.
En su informe semanal de labores, Rafael Correa recordó que al principio se pronosticaba un Niño «más fuerte que el (del) 97-98, que fue bastante fuerte«.
No obstante, añadió que tras recientes estudios científicos, las nuevas predicciones es que va a ser «un Niño moderado o fuerte pero menos fuerte que el (del) 97-98″, lo que tildó de «una buena noticia».
Comentó que los impactos comenzarían a sentirse en el archipiélago de Galápagos, en el litoral, «probablemente a mediados de diciembre».
«Va a haber Fenómeno El Niño, prácticamente de forma segura, pero puede ser solo lluvias fuertes y no el vendaval que recibimos en 97-98″, añadió.
Según datos de la época, El Niño llegó a las costas ecuatorianas en octubre de 1997 y se extendió hasta junio de 1998, dejando pérdidas económicas calculadas por las autoridades gubernamentales en 2,400 millones de dólares.
Basado en estudios científicos locales e internacionales, César Navas, ministro coordinador de seguridad, indicó este sábado que habría presencia de El Niño a finales de diciembre, un impacto mayor entre febrero y abril, y luego una etapa de disminución.
«Estamos mucho mejor preparados para poder enfrentar el Fenómeno El Niño«, dijo Navas en el informe semanal del Ejecutivo al enumerar varias acciones adelantadas por el Gobierno.
Rafael Correa indicó que han destinado casi 68 millones de dólares para afrontar las contingencias del Fenómeno de El Niño y del proceso eruptivo del volcán Cotopaxi, situado en el centro andino de Ecuador, y que desde agosto pasado ha emanado columnas de vapor y ceniza.
«El volcán Cotopaxi es bastante riesgoso, la buena noticia es que la probabilidad de un evento mayor en las próximas semanas y meses es prácticamente nula, no va a haber mayor problema. Tenemos que acostumbrarnos a vivir con un volcán, el más alto del mundo, en actividad», apuntó Rafael Correa.