Abu Osama al-Masri, autor intelectual del derribo de avión en Sinaí

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Hace seis meses, antes de que los servicios de inteligencia le señalasen como el autor intelectual del derribo del avión ruso en la Península del Sinaí, el clérigo egipcio Abu Osama al-Masri, llamó a los yihadistas a atacar los jueces de Egipto. “Envenenad su comida, vigilad sus casas…destruid sus viviendas con explosivos, si podéis”.

Era la típica llamada a la yihad individual que protagonizan los líderes islamistas de vez en cuando. Posteriormente, en el mes de mayo Al-Masri juró lealtad a Estado Islámico, un hecho que modificará sustancialmente el futuro de sus acciones ya que pasará de objetivos locales a otros más globales, como hacer volar por los aires un Airbus.

Pese a que todavía se desconocen las causas de atentado del avión ruso Airbus, que se estrelló con 224 personas a bordo, el gobierno británico aseguró que se busca al mencionado Abu Osama al-Masri y que Gran Bretaña podría ayudar a su “muerte o captura” con el envío de las fuerzas especiales a Egipto. Entre las teorías sobre lo ocurrido al Airbus, cobra fuerza la hipótesis según la cual el artefacto explosivo pudo introducirse a través de las cintas transportadoras de equipajes.

El pasado 4 de noviembre bajo el título, “Nosotros lo derribamos, moríos de rabia”, la facción del Estado Islámico en el Sinaí publicó el mensaje en el que se atribuía, por segunda vez, la autoría del derribo. Según National Post, en un mensaje, al Masri señala que “fuimos quienes derribamos el avión con la gracia de Alá, pero no diremos cómo lo hicimos» y añade que el éxito de la acción terrorista, justo en el primer aniversario de la alianza con Estado Islámico, “es una bendición” bajo la marca de Estado Islámico y el liderazgo de Abu Bakr al-Baghadi.

Según The Times, Abu Osama al-Masri es un ulema de 42 años, que estudió en la Universidad de Al Azar y se dedicó durante un tiempo a la importación de ropa. Al Masri lideraría el grupo Wilayat Sinai, antes conocido como Ansar Beit al Maqdis (Seguidores de la Casa de Jerusalén).

Su grupo opera en en la provincia de Sinaí en los límites con Egipto. Es uno de los movimientos extremistas más temibles de la región que ha jurado lealtad a Estado Islámico, EI y se calcula que tiene entre 1.000 y 1.500 efectivos. Empezó a destacar en 2012 cuando proclamó su responsabilidad en una explosión de un gaseoducto que exportaba gas de Israel a Jordania. Posteriormente, fue acusado de disparar cohetes desde el Sinaí en Eliat, al sur de Israel. Decapitaciones, tiroteos y atentados, son algunos de los métodos usados por este grupo para extender el terror en la Península, unos métodos cada vez más parecidos a los de EI.

¿Fallos de seguridad en el control de equipajes?

La inteligencia británica sostiene que un terrorista logró colocar el explosivo entre los equipajes en la cinta transportadora que los cargaba en el avión. Según fuentes de la seguridad egipcia en el The Daily Telegraph, días después del siniestro se detectaron fallos en el control del personal que entraba y salía por el acceso del aeropuerto de Sharm el Sheij. Asimismo, fuentes del aeropuerto dijeron a The Independent, que se abandona la vigilancia de las cintas transportadoras de equipajes la mitad del tiempo “y a veces no hay nadie”.

Cuando parecía que Egipto se recuperaba del golpe a la actividad turística que supuso la llamada primavera árabe, primero, y el derrocamiento de Mohammed al Mursi, después, ahora el accidente del avión ruso que se estrelló en la península del Sinaí hace una semana vuelve a poner en jaque a la industria turística egipcia, que supone alrededor del 11 por ciento PIB de Egipto.

Fuente: lainformacion.com/Foto: notiultimas.com

 

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