El despacho de arquitectura Foster + Partners ha presentado un proyecto para construir en Ruanda el primer aeropuerto para drones del mundo. La idea pretende solucionar el problema que hay en el país africano para la atención médica. La complicada orografía del terreno ruandés y sus deficitarias infraestructuras hacen muy difícil, por ejemplo, enviar sangre de un punto a otro para realizar una transfusión.
«Sólo un tercio de africanos vive a dos kilómetros de una carretera, no existen autovías continentales, casi ningún túnel y no hay puentes suficientes para alcanzar a todas las personas que viven en las extensas áreas del continente», afirma el documento presentado por Foster + Partners. Los drones son una herramienta que haría frente a estos contratiempos rápidamente y con un gasto económico no muy elevado.
El inicio de las obras será a principios de 2016 y se prolongarán cuatro años hasta 2020. El proyecto consta de tres edificios que tejerán una red que podrá enviar suministros al 44% de los habitantes de Ruanda. Más adelante, está previsto crear nuevas bases para completar la cobertura de todo el país e, incluso, llegar a países cercanos como el Congo.
Los drones tendrán capacidad de hasta 100 kilos y permitirán transportar sangre u otro tipo de material a 100 kilómetros de distancia. Con esto, será posible salvar la vida a una persona con un gasto económico mínimo. Los viajes se organizarán mediante dos redes paralelas. La línea roja será para vehículos de menor tamaño para llevar medicamentos, mientras que la línea azul estará reservada para cargas más pesadas, como sistemas electrónicos o repuestos para máquinas, así como servicios comerciales.
La idea de reducir los costes del proyecto también se tendrá en cuenta a la hora de seleccionar el material. Las materias primas como la arcilla, se obtendrán del suelo de Ruanda, reduciendo así los costes de transporte y haciendo el proyecto más sostenible. Además, se prevé que estos aeropuertos sirvan también para la construcción de los drones. De esta manera se generan oportunidades de empleo para la población de la zona. El documento presentado por la constructora asegura que ‘enseñando a los vecinos cómo construir la infraestructura, el proyecto busca dejar un legado que iniciará un cambio mayor que el edificio en sí mismo’.