LISBOA.- El socialista Antonio Costa, que debutó hoy en el Parlamento como primer ministro de Portugal, aseguró que la Unión Europea tendrá en su país a «un socio responsable» y anunció que se invertirán 100 millones de euros de fondos comunitarios en sus primeros cien días de administración.
«Queremos dar un nuevo impulso a la convergencia (europea). Más crecimiento, mejor empleo y más igualdad», aseveró Costa en la Asamblea, donde comenzó la presentación de las medidas contra la austeridad que cuentan con el respaldo de la izquierda radical.
La UE encontrará a «un socio responsable que luchará por los intereses de los portugueses y en favor del proyecto europeo», aseguró el jefe de gobierno socialista, que reemplazó al conservador Pedro Passos Coelho (2011-2015).
En su intervención, Costa confirmó que pretende aumentar el salario mínimo de los 505 euros mensuales hasta los 600 al final de la legislatura, en 2019, y apuntó a la rehabilitación urbana como uno de los posibles motores para la recuperación económica.
También adelantó que se movilizarán 100 millones de euros de fondos comunitarios pertenecientes al programa europeo Portugal 2020 en los primeros cien días del gobierno socialista para combatir la precariedad y la burocracia y apoyar a las empresas.
El portavoz del centro-derechista Partido Social Demócrata, Luis Montenegro, denunció la falta de legitimidad de un Ejecutivo socialista que no ganó los comicios del 4 de octubre y alertó que sus planes dispararán la deuda y el déficit.
«La deuda va a crecer, el déficit no se entiende cómo no va a aumentar. Vamos a pagar la factura de ahuyentar inversión, la factura de esta aventura, que es una experiencia peligrosa», advirtió Montenegro en alusión a los acuerdos parlamentarios entre el Partido Socialista y el marxista Bloque de Izquierda, el Partido Comunista y el ecologista Los Verdes.
Estas tres fuerzas, junto al Partido de los Animales y las Personas, tienen mayoría absoluta en el hemiciclo y forzaron con una moción el pasado 10 de noviembre la dimisión de Passos Coelho, que había sido reelegido por haber vencido las elecciones de octubre, aunque sin mayoría suficiente.
Entre las medidas que pretende implementar el nuevo gobierno con apoyo de la izquierda radical destaca la retirada gradual de los recortes salariales a los funcionarios -hasta su supresión total a finales del año- y recuperar la jornada de 35 horas semanales, después de que fuera aumentada a 40 a mediados de 2013.
También pretende eliminar progresivamente -entre 2016 y 2017- la contribución especial del 3.5 % que pagan todos los trabajadores del sector privado con sueldos mensuales superiores a 1,350 euros, y promete cambios en el impuesto sobre la renta para que quienes más ganan, paguen más.
En el área fiscal otra de sus propuestas estrella es volver atrás en el IVA de la restauración para pasar del 23 % actual al 13 % vigente hasta 2012, cuando fue aumentado por el Ejecutivo conservador a instancias de la troika de acreedores para cumplir con las condiciones del rescate financiero.
Descongelar las pensiones, aumentar el salario mínimo de forma progresiva durante los próximos cuatro años, reponer dos festivos retirados por el gobierno anterior, reducir las tasas que se cobra a los usuarios de la Sanidad pública -que en Portugal es de copago- y bajar el número de alumnos por clase son otras de las medidas a debate.
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