Toshiba, corporación golpeada por escándalos, reveló hoy sus planes de reestructuración, una medida agresiva para devolver rentabilidad a la débil compañía de electrónica, los cuales incluyen la eliminación de alrededor de 8,000 empleos de su fuerza laboral.
La empresa ha estado implicada en uno de los mayores escándalos de contabilidad que hayan sacudido a una gran empresa japonesa.
Toshiba dijo que antes de que se produjeran los efectos de sus iniciativas de reestructuración espera registrar una pérdida neta récord para el actual año empresarial por 550,000 millones de yenes (4,530 millones de dólares).
Para agravar los infortunios de la empresa, sus acciones registraron hoy una caída de 10 por ciento. La compañía ha perdido la mitad de su valor desde marzo de este año.
Pero su presidente, Masashi Muromachi, se mantuvo firme en una conferencia de prensa realizada hoy con anterioridad y declaró que hará su máximo esfuerzo para recuperar la confianza del público.
«Tomaré la iniciativa para que Toshiba empiece de nuevo como una compañía que pueda ganar la confianza del público», dijo Muromachi, quien añadió que él personalmente tiene un profundo sentido de la responsabilidad por el horroroso panorama de ingresos de este año.