ISLAMABAD.- Un talibán suicida detonó este miércoles los explosivos que portaba, cerca de donde se encontraban los servicios de seguridad destinados a escoltar a los equipos de inmunización antipolio en Baluschitán, dejando al menos 15 muertos.
Un vocero de la Policía de Quetta, Muhammad Irfanul Haq, declaró a la agencia de noticias EFE que se trató del peor atentado contra la campaña antipolio que comenzó el lunes en Quetta, en el oeste del país, y otros distritos de Baluchistán para inmunizar a unos 2.4 millones de niños.
Explicó que, como consecuencia del ataque, murieron al menos doce policías, dos civiles y un soldado paquistaní, y otras 24 personas resultaron heridas, en su mayoría, miembros de las fuerzas de seguridad.
«Esta es la primera vez que muere tanta gente (en un ataque) relacionado con el programa de erradicación de la polio, pero esto no significa que vayamos a poner fin al programa», confirmó el portavoz del Ministerio de Salud paquistaní, Sajid Shah.
Tras el ataque, el área fue acordonada por la Policía, donde imágenes difundidas por las televisiones locales mostraron varios automóviles y tiendas dañados por la fuerte explosión.
Un subinspector de la Policía de Quetta, Syed Imtiaz Shah, detalló al diario local Dawn que en el ataque suicida fueron empleados entre siete y ocho kilogramos de explosivos.
«Partes del cuerpo del atacante suicida fueron recolectadas en el lugar del incidente como parte de la investigación», añadió otra fuente policial al mismo diario.
El primer ministro, Nawaz Sharif, condenó «enérgicamente» el atentado, tuvo palabras de afecto para «los mártires para que sus almas descansen en paz» y lanzó un duro mensaje a «los terroristas», a los que «extirpará de raíz» de Pakistán.
«Estos ataques están motivados por la frustración y una mentalidad cobarde. Continuaremos hasta que eliminemos al último terrorista. Eliminaremos esta ideología extremista», señaló Sharif en un comunicado.
El principal grupo talibán paquistaní, el TTP, reivindicó el atentado a través de una escueta nota, en la que su vocero, Muhammad Khurasani, sentenció que «una unidad especial» de los insurgentes mató e hirió a «muchos miembros del personal de seguridad» en Quetta.
Los atacantes reivindican que la campaña de vacunación contra la polio sirve de fachada de una conspiración que busca esterilizar a los musulmanes
Aunque, a diferencia de este miércoles, los talibanes no suelen reivindicar estos ataques, grupos afines a ellos y con base en el cinturón tribal fronterizo con Afganistán empezaron en 2012 a cometer estas acciones contra los equipos de vacunación.
Entre otros argumentos, los integristas alegan que la campaña contra la polio forma parte de un complot occidental para esterilizar a los musulmanes y que los vacunadores trabajan como espías para la CIA. Por este motivo, en algunas regiones que controlan, los talibanes prohibieron la vacunación.
El ataque se produce después de que Pakistán lograra el año pasado buenos resultados en la lucha contra este flagelo al reducir a 51 los casos de polio frente a los 306 de 2014. (ECHA – Agencias)