Falleció el dueño de la probablemente más conocida marca de lápices y útiles de escritorio, el Conde Anton-Wolfgang von Faber-Castell, quien estuvo detrás de productos que fueron parte de las vivencias de la infancia de varios millones de personas.
Murió después de una grave enfermedad ayer, 21 de enero, a la edad de 74 años. El ejecutivo alemán estuvo rodeado de su familia, en su vivienda en Houston, Estados Unidos.
El empresario -octavo sucesor de la empresa familiar- murió tras liderar casi por 40 años la compañía y convertirla en una marca premium internacional.
Anton-Wolfgan estudió leyes en la Universidad de Zurich y un IMD en la Escuela de Negocios en Suiza; trabajó en la banca de inversiones en Londres y Nueva York, para luego unirse al negocio familiar, tras la muerte de su padre, Roland Graf von Faber-Castell, en 1978.
We are mourning the loss of Count Anton-Wolfgang von Faber-Castell (7 Jun 1941- 21 Jan 2016) https://t.co/MVFaAc1ouy pic.twitter.com/mtv0sKp2Nh
— Faber-Castell (@FaberCastell) January 22, 2016
Faber-Castell, que inició sus operaciones en 1761 en un pequeño taller artesanal de lápices de grafito, ha conseguido ser una de las productoras líderes en lápices domésticos. En la actualidad, la firma está presente en más de 100 países y cuenta con unos 7.500 empleados en el mundo.
La empresa, mediante un comunicado de prensa, informó que «el management y el personal de la empresa estamos de luto por un empresario modelo, a quien tanto admiramos como extraordinario emprendedor y como una personalidad con visión de futuro, y que, sobre todo, era un modelo a seguir como ser humano para todos nosotros».