MOSCÚ.- Los partidos liberales rusos, Yabloko y PARNAS, abrirán mañana negociaciones para la formación de una lista única de cara a las elecciones legislativas de septiembre.
«De hecho, esto significaría la formación en este país de un partido democrático unido», dijo Ilia Yashin (foto), vicepresidente de PARNAS, a medios locales.
En caso de que Yabloko acepte presentar sus diputados en una única lista encabezada por PARNAS, entonces este respaldaría la candidatura de Grigori Yavlinski -fundador de Yabloko- en las elecciones presidenciales de 2018.
De momento, la nueva líder de Yabloko, Emilia Slabunova, rechazó hoy la oferta tras aducir que eso significaría la «disolución voluntaria» de su formación política, una de las más antiguas del país.
Slabunova expresó su confianza en que PARNAS revise su postura, de lo contrario advirtió que «entablar negociaciones es un sinsentido».
Además de lista única, PARNAS, partido al que pertenecía el asesinado hace un año Boris Nemtsov, propuso a Yabloko coordinar la campaña electoral y también la convocatoria de mítines y protestas.
En anteriores ocasiones Yabloko y el resto de partidos de la oposición extraparlamentaria han sido incapaces de forjar una alianza para enfrentarse al partido del Kremlin, Rusia Unida.
De hecho, Yabloko expulsó en su momento a Alexei Navalni, el líder más destacado de la oposición al Kremlin, por sus posturas nacionalistas, mientras Yashin abandonó voluntariamente ese partido debido a sus diferencias con Yavlinski.
La pasada semana el presidente Vladimir Putin abrió el año electoral con una defensa de los programas sociales pese a la profunda recesión en la que está sumida la economía nacional, que se contrajo un 3.7 % en 2015.
En los anteriores comicios parlamentarios Rusia Unida fue acusada de fraude electoral, lo que desembocó en las mayores protestas antigubernamentales desde la caída de la Unión Soviética.
Según opositores y analistas, el descontento popular por la situación económica, ya que los ingresos reales han caído por vez primera desde que Putin llegara al poder en 2000, podrían provocar una nueva ola de protestas.
Además de la congelación de los salarios y la reducción del poder adquisitivo de la población debido a la devaluación del rublo, que ha perdido más de la mitad de su valor desde finales de 2014, por vez primera las pensiones han bajado.
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