La cesárea se indica médicamente ante una posible dificultad durante el embarazo que puede complicar el parto vía vaginal; se programa ante una posición fetal incorrecta, por enfermedades de transmisión sexual, inmadurez física de la madre, placenta previa, bebés con cabeza grande o trabajo de parto demasiado largo.
Sin embargo, esta cirugía que consiste en una abertura quirúrgica en el área baja del vientre de la mujer representa varios riesgos, como contraer infecciones por una intervención sin asepsia, resistencia a fármacos y antibióticos, pérdida excesiva de sangre, con efecto de hospitalización prolongada y mayor tiempo de recuperación, entre otras posibles complicaciones.
Al respecto, la doctora Rosario Cárdenas Elizalde, coordinadora de la Maestría en Población y Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señala que de los más de dos millones de alumbramientos al año en México, el porcentaje de nacimientos por cesárea es de más del 40%, pese a que una proporción alta de éstas pueden no estar médicamente justificadas.
La Norma Oficial Mexicana para la atención de las mujeres durante el embarazo, parto, puerperio y del recién nacido, sugiere que la cesárea no debe rebasar el 20 por ciento del total de nacimientos. En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea que uno de cada 10 partos sea por este método; además estima que se efectúan aproximadamente 18’5 millones de cesáreas anuales, de las cuales la mitad son innecesarias.
Para la investigadora universitaria se reconocen varios factores que se asocian a la elección de la cirugía como opción de alumbramiento, entre ellos que en el imaginario popular se piensa que una cesárea es menos dolorosa que un parto vaginal dado que ello evitaría las contracciones que acompañan la preparación fisiológica. De igual forma se piensa que la resolución de un embarazo mediante cesárea evita cambios en las proporciones corporales de las mujeres.
Agrega como otro posible factor asociado al aumento en la utilización de la cesárea el manejo de tiempo hospitalario, habida cuenta de la intensidad de demanda de servicios médicos que significa la atención obstétrica en el país. La doctora Cárdenas Elizalde destaca también que algunos seguros médicos incluyen partos por cesárea y no los de vía vaginal, lo cual representa una opción que algunas parejas podrían elegir de manera deliberada.
No obstante, hace hincapié en los insuficientes procesos de información en cuanto al cuidado a la salud en general. “Se trata de aspectos culturales que no se pueden modificar a corto plazo, están en la comunidad desde hace años y hay mucho que hacer al respecto.
“Hay elementos en estudios realizados en conjunto con la maestra Marisol Luna (de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – Sede México) que señalan que la cesárea es más común en mujeres con mayor preparación académica que viven en áreas urbanas y tienen coberturas médicas y mejor condición económica”.
De acuerdo a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, México ocupa el cuarto lugar mundial de nacimientos por cesárea, después de China, Brasil y Estados Unidos.
El 10 de abril de 2015, la OMS emitió un comunicado en el que recomienda sólo recurrir a la cesárea cuando el parto vaginal sea un riesgo para madre o bebé. La doctora Marleen Temmerman, directora del Departamento de Salud Reproductiva e Investigación de la misma entidad, se dirigió a la comunidad médica para pedir que esta cirugía sólo se realice en quienes la necesiten; en relación al aumento de este tipo de cirugías en el mundo señaló: “se explica principalmente por un deseo de los médicos de simplificarse la vida, ya que las cesáreas pueden programarse”. (Fuente: AGENCIA ID/DICYT)