MIMP protege contra la violencia a 1,143 niños y adolescentes

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Un total de 1,143 niños y adolescentes que sufrían maltrato físico y psicológico dentro de sus propios hogares reciben protección del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y en muchos casos se encuentran con sus tíos, abuelos o están en algún albergue.

Se trata de casos similares al del niño Joao, de cinco años, cuyo padre José Minaya Janampa fue sentenciado el último viernes a siete años de prisión por golpearlo brutalmente mientras estaba bajo su cuidado.

La directora nacional de Niños, Niñas y Adolescentes del MIMP, María del Carmen Santiago Bailetti, explicó que los más de mil menores fueron víctimas de violencia por parte de sus propios padres o tutores. “Al carecer de cuidados que aseguren su desarrollo integral, el MIMP les otorgó medidas de protección”.

Estos casos han sido derivados por la Policía, la Fiscalía y los Centros de Emergencia Mujer a las Unidades de Investigación Tutelar (UIT) del MIMP en el Cusco, Arequipa, Huancayo, Piura, Madre de Dios y Lima.

Pese a la falta de psicólogos o asistentes sociales, la Dirección de Investigación Tutelar asume estos casos y desarrolla la ardua tarea de evaluar a las familias para ver si se encuentra a algún pariente que puede recibir al menor o, en todo caso, se le ubica temporalmente en un albergue del Inabif, como fue el caso de Joao.

“A las 1,143 víctimas de violencia familiar les abrimos medidas de protección. Es decir, tenemos notificada a la familia, evaluamos a la mamá, al papá y a otros integrantes para saber si tienen capacidad de atender las necesidades del niño, niña o adolescente afectado”, comentó.

Si los padres de familia no califican, los especialistas de la UIT buscan otro tipo de acogimiento, que puede estar en un tío, una tía, los abuelos, una tercera persona (un docente conocido) o se integran a un albergue. “Todo depende de las evaluaciones”, subrayó.

Manifestó que a los padres que no califican para lograr que la víctima regrese a su hogar, el ministerio les brinda soporte terapéutico, así como nuevas pautas de crianza, pues “nuestro objetivo es evitar que el niño quede en el albergue”.

“Demanda mucho tiempo modificar las pautas de crianza y modificar las percepciones que tienen los padres de los niños, es decir, que finalmente reconozcan que los pequeños también son sujetos de derecho y que están en formación. El proceso es lento y no es sencillo”, remarcó la funcionaria.

Por esta razón, de los 1,143 denuncias de menores maltratados en el 2015, solo 317 niños, niñas y adolescentes retornaron con sus progenitores, pero en mejores condiciones.

 Foto: mimp.gob.pe

 

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