WASHINGTON.- El Departamento de Defensa de EEUU está a punto de presentar al Congreso su plan para el cierre de la prisión estadounidense de la Bahía de Guantánamo (Cuba), cuya fecha límite de entrega es este 23 de febrero, informó hoy uno de sus portavoces.
Un portavoz del Pentágono, el capitán de la Armada Jeff Davis (foto), aseguró que el Gobierno cumplirá el plazo que concluye mañana para presentar a los congresistas una propuesta de cierre de la instalación y un traslado de los presuntos terroristas allí presos.
«Entendemos que la fecha límite es mañana y es nuestra intención cumplir con ella», dijo Davis en una rueda de prensa.
Según el portavoz, el plan solicitará el cierre del centro de detención y ofrecerá varias opciones para la clausura.
«El plan es presentar al Congreso lo que pensamos sobre el tema, y lo que consideramos es un camino a seguir necesario para lograr el cierre de Guantánamo y señalar específicamente la necesidad de un alivio legislativo», añadió Davis.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, está presionando para cerrar la prisión y cumplir una promesa de campaña que tiene pendiente desde el 2008, antes de acabar su periodo al frente de la Casa Blanca.
Davis adelantó que el plan del Gobierno es la transferencia de muchos de los detenidos tan rápido como sea posible y llevar a los restantes, que enfrentan cargos, a territorio estadounidense, un paso al que se oponen muchos miembros del Congreso, especialmente los republicanos.
En este sentido, el Legislativo ha emitido varias prohibiciones al traslado de presos de Guantánamo a suelo de EEUU, además de aplicar restricciones al traslado a otros países, argumentando que los detenidos son una amenaza para la seguridad nacional.
No obstante, algunos legisladores, liderados por el presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, el republicano John McCain, han manifestado su disposición a aceptar esa opción si el Gobierno presenta un plan.
En esta dirección, el Pentágono comenzó a estudiar el año pasado lugares en los que reubicar a los detenidos dentro de EE.UU, incluidas instalaciones federales en Colorado, Carolina del Sur y Kansas.
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, no se mostró hoy optimista sobre la posibilidad de que el Congreso dé luz verde a la propuesta de la Administración.
«Mi pesimismo se basa en la manera en que muchos miembros del Congreso han tratado este asunto en los últimos siete años», dijo el portavoz, que aseguró, no obstante, que el Gobierno presentará una argumentación convincente sobre el cierre de la prisión y sus beneficios para la seguridad nacional.
«Queremos trabajar con el Congreso para hacer realidad esas alternativas», aseguró Earnest.
Actualmente, quedan 91 presos en el penal, que llegó a albergar 800 poco después de su apertura, ordenada por el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos.