Italia: Testigos chilenos declaran en juicio por el Plan Cóndor

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ROMA.- Los ciudadanos chilenos Paolo Berchenko y Jorge Barudy testificaron hoy en Roma en relación con el caso de su compatriota Omar Roberto Venturelli Leonelli (foto), detenido y asesinado en su país en 1973, en los días siguientes al golpe de Estado que encabezó el general Augusto Pinochet.

El proceso por el Plan Cóndor celebró el jueves y hoy dos audiencias, y fue en la del jueves cuando testificaron Berchenko y Barudy, explicaron a Efe fuentes cercanas al caso.

Venturelli Leonelli nació en la localidad chilena de Capitán Pastana (centro) el 1 de febrero de 1942.

Fue uno de los sacerdotes que guió a los mapuches en la ocupación de las tierras regaladas a los colonos europeos y por eso fue suspendido «a divinis» por el obispo Bernardino Piñera (tío del presidente homónimo).

Fue detenido y enviado en el Regimiento Tucapel de Temuco el 25 de septiembre de 1973, donde fue visto con vida por otros prisioneros hasta el 10 de octubre de ese mismo año, fecha en la que se presume que fue asesinado.

Los testigos chilenos que acudieron a la audiencia conocieron a Venturelli Leonelli cuando estuvieron detenidos en una cárcel de Temuco.

Durante el juicio, Barudy explicó cómo compartió con Venturelli «el mismo colchón», según contó en declaraciones a Efe.

«Nunca lo olvidare. Yo ya estaba preso, fui detenido el 11 de septiembre del 73 detenido y nada más llegar a la cárcel nos incomunicaron. Cuando salí del aislamiento algunos días después, llegó a la prisión Venturelli, era un hombre muy buscado por los militares porque era un activista», relató Barudy.

El médico chileno contó cómo él disponía de un colchón y cómo decidió compartirlo con Venturelli, que «no tenía nada».

«El compartir lecho nos sirvió para forjar una amistad fuerte. Me contó que tenía una hija de pocos meses. Él tenía mucho miedo de que lo mataran. (…) Acordamos que si le mataban a él, yo me ocuparía de su hija, y si me pasaba a mí, él se ocuparía de mi esposa y mis hijos», señaló.

Días después, rememoró, Venturelli fue llamado por los guardias del penal.

«Me miró diciendo es mi última noche, me van a matar. Yo también sentí ese sentimiento, cuando venían a buscar a la gente por la noche en esas condiciones ya no volvían. Y ya no volví a verlo, lo hicieron desaparecer», lamentó, emocinado.

Barudy aseguró que entonces los militares «mataban (a la gente) y los metían en sacos de patatas, los amarraban y los ponían un riel, y con un helicóptero lo lanzaban al mar».

«No sabemos qué ocurrió con Venturelli, pero pensamos que corrió la misma suerte», destacó.

En la audiencia también estuvo presente la hija de Venturelli, Maria Paz, y la vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Chile, Mireya García, que pidió a la Justicia italiana que «tome las decisiones judiciales correspondientes» para resarcir los daños.

La Operación Cóndor fue un plan ideado por el general Augusto Pinochet que orquestó la represión de la oposición política en las décadas de 1970 y 1980 por parte, sobre todo, de los regímenes dictatoriales de Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia.

 

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