Efraín Aguilar ha demostrado poseer una cualidad importante para el cada vez más competitivo mercado televisivo, saber estirar las tramas y retorcerlas para mantener a Al fondo hay sitio en las pantallas de la “caja boba”. Vamos muy atrasados con la TV norteamericana y de otros países de América Latina, pero eso no le quita el sueño a “Betito”.
Por ejemplo, en los Estados Unidos los finales de temporadas ridículos e increíbles se quedaron en la ya lejana época de Dallas o Dinastía (hace tres décadas). En la primera de estas series, Bobby Ewing (Patrick Duffy) moría al final de un año televisivo, lo mantenían muerto durante todo un ciclo y en el último episodio de esa temporada lo “resucitaban” en un mamotreto que se conoció como “el sueño de Pam Ewing” (incluimos video).
Ahora, Efraín Aguilar que no “ha inventado la pólvora” sólo la ha importado, hace lo mismo con Grace Gonzalez (Mayra Cuoto). Tras un año de estar en “mejor vida”, vuelve de entre los muertos convertida en una amnésica cuidada por Teddy Guzmán, que evidentemente le oculta la “verdad”. Pobrecita.
El otro retorno de Al fondo hay sitio es el de Leonardo Llanos (Marco Zunino) que era, en su anterior etapa en la teleserie de América TV, una suerte de villano ambivalente, manipulado por su hermana “la mirada de tiburón”. Ahora llega al velorio de su familiar y la pregunta que ronda a los seguidores de esta “original” producción, ¿buscará venganza? (pues, claro). Manuel Salazar
Foto y Video: Promoción de AFHS
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