PEKÍN.- Los plenarios de los poderes Legislativo y Consultivo de China, que hasta mediados de marzo conforman la mayor reunión política del año en el país, comenzaron hoy con la apertura de la Conferencia Consultiva Política, en la que famosos como el nieto de Mao Zedong o el deportista Yao Ming atrajeron los flashes.
Mao Xinyu, general del Ejército chino y nieto del Gran Timonel, y Yao, expívot de los Houston Rockets, fueron recibidos en la entrada del Gran Palacio del Pueblo por una marea de periodistas chinos.
Los reporteros también intentaron abordar a otras celebridades que forman parte del cuerpo de asesores del Gobierno, como el escritor y premio Nobel Mo Yan o el magnate tecnológico Robin Li, consejero delegado de Baidu (el «Google chino»).
Mao Xinyu, famoso por su sobrepeso y siempre acosado por la prensa por ser uno de los pocos familiares de Mao con perfil público, declaró hoy que en las sesiones de este año presentaría propuestas para aumentar la lucha contra la contaminación en Pekín e impulsar reformas educativas que impulsen la formación de talentos.
Yao, por su parte, intentó pasar desapercibido ante las cámaras y subió callado y cabizbajo las escaleras del Gran Palacio del Pueblo, aunque con sus 2,29 metros el que fuera durante un tiempo el jugador más alto de la NBA tiene difícil esconderse, por lo que en todo momento estuvo rodeado por cientos de periodistas y fotógrafos.
Otros años Yao, conocido activista medioambiental y que ha intentado una ambiciosa carrera empresarial tras su retirada de las canchas, presentó en el Gran Palacio del Pueblo propuestas para la mejora de la educación física de los niños chinos.
Estas celebridades son miembros de la Conferencia Consultiva Política, órgano asesor gubernamental sin poder real pero en el que más de 2.000 miembros, muchos nombrados con carácter honorífico por sus exitosas carreras, presentarán estos días miles de iniciativas para que sean estudiadas por la Asamblea Nacional Popular.
Ésta última, el máximo órgano Legislativo chino, se inaugura este sábado, 5 de marzo, con una intervención del primer ministro chino, Li Keqiang, en el que repasará el trabajo del régimen en el 2015 y los objetivos para el 2016.
Hasta mediados de marzo estas reuniones acapararán la atención mediática de China, ya que es uno de los escasos momentos del año en el que la prensa del país puede acercarse a los altos cargos comunistas y medir la temperatura a la política nacional.