Irán condena a muerte a multimillonario Babak Zanjani por corrupción

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TEHERÁN.- Babak Zanjani, uno de los hombres más ricos de la República Islámica, fue condenado a muerte por la justicia del país por varios cargos de corrupción, lavado de dinero y fraude, anunciaron hoy las autoridades judiciales.

El portavoz del Poder Judicial iraní, Gholam-Husein Mohseni-Ejei, fue el encargado de hacer pública la sentencia contra el empresario, en la que fue encontrado culpable del delito de «corruptor de la tierra», un cargo que la jurisprudencia islámica pena con la muerte y que se aplica a «los que contribuyen a expandir la corrupción en el mundo y a desviar a la sociedad de su naturaleza».

Esta condena también incluyó a otros dos socios del multimillonario, encarcelado a finales de 2014 y que hasta ese momento era una de las figuras destacadas del mudo económico iraní.

Esta condena puso fin a un juicio que despertó gran interés nacional y que tuvo una inusual cobertura mediática para un proceso judicial en el país, que habitualmente se desarrollan en el mas estricto silencio informativo.

Zanyaní era el líder de un imperio empresarial con sede en Dubai valorado antes de su detención en unos 14,000 millones de dólares, que abarcaba sectores como la cosmética, los servicios financieros y bancarios, el turismo, las infraestructuras, los material de construcción, la tecnología de la información, supermercados, extracción petrolífera e intereses inmobiliarios.

El empresario además poseía su propio banco, varias aerolíneas, un equipo de fútbol (Rah Ahan), una estación de autobuses y una flota de taxis en Tayikistán, país en donde tenía gran parte de sus negocios.

Zanyaní era una de los empresarios más próximos al gobierno del expresidente Mahmud Ahmadineyad (2005-2013), bajo cuyo mandato se encargó de gestionar varias operaciones de venta de petróleo iraní al exterior sorteando las sanciones internacionales que pesaban contra Irán.

Estas acciones del empresario, por las que fue sancionado por la Unión Europea y el Departamento del Tesoro de EEUU, que congeló sus cuentas en el exterior, le llevaron a jactarse públicamente de sin él la República Islámica no hubiera podido vender ni un barril de petróleo en el exterior.

Sin embargo, y de forma paralela a la caída en desgracia del presidente Ahmadineyad tras su enfrentamiento con el líder supremo Alí Jamenei, diversas autoridades y personalidades iraníes comenzaron a denunciar varios hechos de corrupción que afectaban al empresario.

Su detención se produjo finalmente después de que una docena de diputados «principalistas», el grupo ultraconservador que defiende a rajatabla las posturas del líder supremo, pidiera su imputación por «corrupción sistemática».

Según dicha acusación, el empresario se habría quedado parte del dinero derivado de la venta del petróleo iraní bajo las sanciones y habría querido lavar su rastro a través de sus empresas financieras.

Esta sentencia a muerte, que aún puede ser apelada, es la última de una serie de condenas emitidas por los tribunales iraníes contra empresarios, banqueros y políticos vinculados a Ahmadineyad por casos de corrupción que se han ido produciendo desde que éste dejó el poder.

Entre otros, el ex vicepresidente de Irán Mohamad Reza Rahimi ya fue condenado por corrupción, acusado entre otras cosas de haber mantenido relaciones de negocios con Zanjani.

Además, otras 32 personas fueron condenadas, cuatro de ellas a muerte, por el desfalco de 2.600 millones de dólares de bancos públicos y privados iraníes en otro caso que surgió en los meses finales del gobierno de Ahmadineyad.

Irán es uno de los países del mundo con mayor número de ejecuciones judiciales, casi todas vinculadas al tráfico de drogas, según denuncian las organizaciones defensoras de los derechos humanos.

EFE/Foto: bbc.com

 

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