El Servicio de Atención Móvil de Urgencia (SAMU) diariamente atiende 150 emergencias y proyecta llegar este año a las 50 mil atenciones (un 20% que el año pasado). Unas 26 ambulancias han sido implementadas para fortalecer el servicio operativo diario. Durante el 2015, realizaron 14 mil intervenciones socorriendo a personas que estaban en riesgo de perder la vida.
Una llamada al 106 que activa la emergencia es el punto de partida para salvar a una persona y puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. De inmediato, personal capacitado del SAMU, una dirección del Instituto de Gestión de Servicios de Salud – IGSS del Ministerio de Salud (Minsa) brinda orientación o triaje telefónico mientras su equipo móvil sale hacia el lugar de la emergencia.
Parece que será una noche intensa. La radio de la ambulancia reporta un evento y el sonido de la alarma se activa de inmediato. Junto al doctor Richard Gonzáles y al conductor Josué Beltrán, viaja en esta ambulancia Katherine Benito, una enfermera de 29 años que trabaja en el SAMU desde que este servicio se inauguró el año 2012.
Richard Gonzáles es médico de profesión y lidera el equipo que atenderá al llamado. “Los cuatro primeros minutos desde que ingresa la llamada al 106 son trascendentales para salvar una vida. En ocasiones nuestros operadores han ayudado a salvar a personas brindando indicaciones antes de que nuestra ambulancia llegue al lugar para prestar la atención”, comenta mientras se dirigen presurosos hacia su destino.
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“Puede ser una caída, un accidente de tránsito, un ataque de ansiedad: normalmente no sabemos con qué escenario nos vamos a encontrar en el que probablemente la propia vida penda de un hilo. Tratamos de volcar toda nuestra experiencia para tomar decisiones rápidas y poder salvar personas”, comenta Katherine Benito.
Por el espejo retrovisor lo mira Josué Beltrán, el conductor de la ambulancia, quien hace algunas maniobras para seguir en ruta. Estamos en la avenida Canadá y el tránsito es pesado.
Los conductores hacen caso omiso de la sirena. “Es importante que los conductores nos cedan el paso pues un minuto puede resultar decisivo para salvar a una persona, un niño, una vida”, dice Beltrán mientras gira con rapidez en una esquina. “Es un atajo”, asegura.
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La ambulancia acaba de llegar a la vivienda de la señora Carmen Rosa (65). Fueron quizás los 10 minutos más largos de su vida desde que llamaron a la central de emergencia. Ella sufrió una caída que le ha ocasionado un traumatismo encéfalo craneano leve. Richard Gonzáles examina y estabiliza a la paciente. Le recomienda reposo.
El equipo SAMU se mantiene alerta las 24 horas del día en la Compañía de Bomberos del distrito de Lince. Esa noche fueron 12 emergencias y urgencias (aquellas donde la vida no está necesariamente en riesgo).
Ya de regreso a base, y antes de bajar de la ambulancia, el doctor Richard Gonzáles nos dice: “Acuérdense del 106, el SAMU puede atender a todas las personas que se encuentren en una urgencia o en una emergencia sin importar la clase social y, sobre todo, sin costo alguno. Primero es la vida”, nos dice cuando una nueva llamada hace activar el sistema de emergencia y se dispone salir.
Marely Jaramillo
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