CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco ha aprobado las nuevas normas para los procesos de canonización que refuerzan los controles de vigilancia y contemplan la constitución de un fondo de solidaridad, informó hoy la Santa Sede en un comunicado.
Estas normas, que ya están en vigor desde el 4 de marzo, servirán para los próximos tres años y sustituyen a las aprobadas por Juan Pablo II en 1983, precisó el Vaticano.
Entre las reglas aprobadas ahora por Jorge Bergoglio están las que prevén un aumento de los controles de vigilancia sobre la financiación de estos procesos.
«Las causas de beatificación y canonización, que por su complejidad requieren mucho trabajo, comportan gastos para divulgar el conocimiento sobre la figura del siervo de Dios o beato, para la solicitud, para la fase romana y para las celebraciones de beatificación o canonización», expone la Santa Sede.
En este sentido, apunta, los actores participarán con una contribución mientras que los costes de la fase romana o inicial de la causa serán sostenidos por la Sede Apostólica, que vigilará para que las sumas de dinero sean suficientes para llevar a cabo estos procesos.
Además, se nombrará a un administrador del «fondo para la causa», que puede ser el postulador general del proceso, encargado de «mantener actualizada la contabilidad» y de realizar balances anuales que serán certificados y aprobados.
Los fondos destinados a la causa deberán ser utilizados exclusivamente a este propósito, y «si se intenta utilizar aunque sea una parte de los bienes para otros propósitos diversos a la causa será necesario obtener la autorización de la Congregación para las Causas de los Santos».
Además, sobre la administración habrá a su vez una vigilancia ejercida por el obispo o por cualquier otra autoridad eclesiástica y será ejercitada sobre todos los movimientos, tanto de entrada de nueva financiación como de salida.
Esta autoridad aprobará los balances de las causas y enviará una copia a la Congregación para las Causas de los Santos, que será la máxima autoridad de vigilancia y que podrá pedir «en cualquier momento, tanto al administrador como al postulador o al actor de la causa, cualquier información financiera» que considere oportuno.
La Congregación, además, vigilará y controlará los balances económicos de los procesos, e intervendrá en caso de que establezca que se están produciendo «incumplimientos o abusos administrativo-financieros» en el proceso.
Tras la canonización, la Congregación, en nombre de la Sede Apostólica, «dispondrá de una eventual permanencia del fondo de financiación, teniendo presente las peticiones de los actores y las exigencias del llamado fondo de solidaridad».
Este fondo será instituido en la Congregación para las Causas de los Santos y servirá para asistir los procesos que quieran llevar a cabo las personas con menos recursos.
La financiación de los procesos de canonización fue cuestionada por los recientes libros que publicaron dos periodistas italianos con documentos reservados de carácter financiero de la Santa Sede.
En ellos se revelaba que, en algunos casos, parientes de las personas que han muerto y que están a la espera de ser beatificadas y canonizadas pueden haber llegado a pagar entre 200,000 y 400,000 euros para lograr su objetivo.
La Justicia vaticana ha iniciado un proceso por la filtración de esos documentos en un caso conocido como «VatiLeaks2» -en referencia al anterior por el que el Vaticano condenó al mayordomo del anterior pontífice, Benedicto XVI, Paolo Gabiele, por robo y divulgación de documentos- que se reanudará la próxima semana.