BUENOS AIRES.- El expresidente uruguayo José «Pepe» Mujica consideró hoy que la concentración de la riqueza «es malsana e injusta» y advirtió del avance de la «plutocracia» en Latinoamérica, durante la inauguración de un ciclo de clases magistrales en Buenos Aires.
En su intervención, el veterano político, actual senador, partió de las «paradojas» de Latinoamérica: la primera, que la región tiene a la persona más millonaria del mundo (Carlos Slim, empresario mexicano) y la segunda, que es el continente «probablemente más rico» en recursos naturales pero a la vez «el más injusto».
«¿Cómo explicamos estas paradojas? Esto tiene que ver con la desigualdad, porque la concentración de la riqueza es una concentración, directa o indirectamente, del poder político, y esto es, a la larga, una enfermedad de la democracia, es una tácita evolución de la democracia hacia la plutocracia», consideró.
En la charla, Mujica se sentó junto a su mujer, la también senadora Lucía Topolansky, el embajador de Uruguay en Argentina, Héctor Lescano, y autoridades de los organizadores del curso, que incluyen a la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo en Argentina y a la Escuela Latinoamericana de Políticas Públicas.
El ciclo, titulado «América Latina: ciudadanía, derechos e igualdad» y promovido por organizaciones y universidades del continente, será dictado por especialistas internacionales, como el juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Eugenio Raúl Zaffaroni y el sociólogo Boaventura de Sousa Santos.
«No podemos echarle la culpa (de la desigualdad) al imperialismo solo, porque somos herederos de una organización feudal», aseveró el exmandatario (2010-2015), y sentenció: «Cuando uno ve el reparto de tierras, se da cuenta».
«Es natural que un reparto feudal generara un capitalismo raquítico» y «es lógico que seamos desiguales», evaluó.
Luego, habló de ciertos sectores conservadores asociados con esa lógica feudal y de la falta de interés por la integración regional, que se refleja en políticos preocupados por «vender al mundo y no vender a los vecinos».
«A la igualdad, si la esperamos por la economía de mercado, esperemos sentados tomando mate», dijo, y aclaró que no quiere abolirla pero que no hay que pedirle a esta respuestas «que no puede dar».
«La igualdad es un derecho de largada, no es una llegada», lanzó, y transferir riquezas, a su juicio, «tiene que estar incorporado a los derechos fundamentales».
«La concentración de la riqueza es malsana e injusta», dijo tras mencionar que el continente vive una especie de «evolución de la democracia a la plutocracia».
«No puede ser que se hayan hecho pirámides con esclavos y que no se puedan hacer obras con obreros libres por ‘falta de recursos’, porque es imperdonable», dijo antes de criticar el «despilfarro» que se hace en el mundo.
El expresidente uruguayo concluyó con una frase de Gabriel Marcel, filósofo francés: «Cuando uno no vive como piensa, acaba pensando cómo vive».