Naciones Unidas.- Las divisiones a escala global sobre las políticas de igualdad y derechos de la mujer se volvieron a hacer evidentes en las Naciones Unidas, durante el último día de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer.
Esta cita anual, que reúne durante casi dos semanas a representantes de todo el mundo para repasar la situación de las mujeres, tuvo que prolongar su última jornada durante horas para tratar de lograr un acuerdo de mínimos.
Los países se enzarzaron una vez más en el lenguaje de esas conclusiones, que en esta ocasión se centraban en la aplicación de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, el gran plan contra la pobreza acordado el año pasado por la ONU y que tiene entre sus metas acabar con la discriminación contra la mujer.
Frente a los llamamientos de Naciones Unidas a lograr compromisos claros y acciones concretas para lograr esos objetivos, las diferencias entre los distintos países empañaron esas ambiciones.
Asuntos como la salud sexual y reproductiva o las distintas concepciones de familia siguen dividiendo al mundo, tal y como se hizo evidente en las discusiones.
El Vaticano, por ejemplo, dejó claras sus objeciones a un texto sobre la lucha contra el sida con numerosas referencias al uso del preservativo para prevenir la enfermedad.
Según varias fuentes, otros países como Rusia y numerosas naciones africanas también se resistieron a aceptar medidas y expresiones consideradas más progresistas y defendidas por muchas de las organizaciones de mujeres participantes en los debates.
Pese a las diferencias, las delegaciones consiguieron pactar ya bien entrada la noche un documento de conclusiones, que como era de esperar no dejó totalmente satisfecho a nadie.
Por un lado, países europeos y americanos lamentaron la no inclusión en el texto del problema de la discriminación a causa de la orientación sexual o la ausencia de un reconocimiento a los distintos tipos de familia que existen.
En el otro extremo, naciones como Arabia Saudí o Mauritania tomaron la palabra para expresar su desacuerdo con todo contenido contradictorio con la ley islámica.
También la Santa Sede señaló que, pese a apoyar «muchos elementos» de las conclusiones, considera muchos otros «preocupantes», especialmente en el apartado de la salud sexual y reproductiva.
Así, expresó su oposición frontal a que el aborto pueda ser visto como un método de planificación familiar o a que la educación sexual no esté bajo control de los padres.
La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, reconoció que fue necesario mucho «compromiso» por todas las partes y lamentó también que no se incluyese en el texto la necesidad de reconocer la discriminación que muchas mujeres sufren por su orientación sexual.
Al mismo tiempo, destacó la importancia de las conclusiones en el marco de la nueva agenda de desarrollo, que para ONU Mujeres supone una oportunidad para transformar las relaciones de género.
La aplicación de esa estrategia, sin embargo, dependen en gran parte de las autoridades nacionales, por lo que esta comisión de la mujer estaba considerada como una piedra de toque importante para comprobar la voluntad de los gobiernos.
Esta última jornada puso hoy fin a diez días de reuniones en los que la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer analizó en profundidad multitud de áreas relacionadas con la situación de las mujeres.
Hubo discusiones sobre violencia de género, desigualdad salarial, salud, deporte y muchos otros asuntos, con la participación de Gobiernos, organizaciones internacionales y no gubernamentales y representantes ciudadanos.
Entre los momentos más destacados de esta 60 sesión estuvo para muchos la intervención del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que hizo una apasionada defensa del feminismo en su primera visita a la sede de la ONU.
«Voy a seguir diciendo alto y claro que soy feminista hasta que me respondan encogiendo los hombros», dijo Trudeau durante un acto junto a la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka.
El líder canadiense, que en los últimos meses se ha establecido como una de las grandes voces en favor de las mujeres en la escena internacional, subrayó que el hecho de que su feminismo aún llame la atención significa que tendrá que seguir haciendo gala de él durante bastante tiempo. EFE