BAGDAD.- En represalia por las derrotas sufridas en Palmira y Alepo, el Estado Islámico perpetró este lunes cuatro ataques suicidas contra fuerzas de seguridad o milicianos chiítas, dejando al menos 17 muertos y medio centenar de heridos.
Voceros de seguridad informaron que un suicida detonó el cinturón de explosivos que llevaba adherido al cuerpo en un puesto de control conjunto del Ejército y la Policía iraquíes cerca del puente de Al Mozana, al noreste de Bagdad, matando a 5 personas y heridas a otras 12, entre ellos, miembros de las fuerzas de seguridad.
Las ondas expansivas destruyeron varios vehículos civiles.
De otro lado, otros cinco iraquíes fallecieron y veinte sufrieron heridas al detonar un terrorista suicida su cinturón de explosivos en un restaurante frecuentado por milicianos chiítas en la ciudad de Al Nasiriya, capital de la provincia meridional de Zi Qar.
En ese establecimiento se encontraba un grupo de voluntarios de la milicia chiíta progubernamental Multitud Popular, muy activa en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).
La fuente policial consultada precisó que entre los heridos hay casos graves y que la explosión causó grandes daños materiales.
Los miembros de Multitud Popular fueron también el blanco de otro suicida que detonó el coche bomba que conducía contra un convoy de ese grupo en la zona de Al Moshahda, 40 kilómetros al norte de Bagdad.
Tres personas perdieron la vida y ocho sufrieron heridas en esta explosión, según la fuente, que no precisó si todas las víctimas son milicianos.
El cuarto ataque suicida tuvo lugar en el centro de la ciudad de Basora, 560 kilómetros al sur de Bagdad, donde la explosión de otro vehículo conducido por un suicida causó cuatro muertos y seis heridos. (ECHA – Agencias)