EL CAIRO.- La organización Human Rights Watch (HRW) pidió hoy a los gobiernos de Irak y de la región autónoma del Kurdistán que ofrezcan más ayuda a las mujeres excautivas del grupo terrorista Estado Islámico (EI), como que se permita abortar a las que quedaron embarazadas fruto de las violaciones.
En un comunicado, HRW solicitó al Parlamento iraquí y al del Kurdistán que enmienden las leyes para permitir al menos el aborto a las mujeres víctimas de violencia sexual que quieran interrumpir su embarazo.
«Un modo en el que el gobierno iraquí puede ayudar a esas mujeres es cambiando las leyes y las políticas para proteger a todas aquellas víctimas de violaciones», dijo Skye Wheeler, investigadora de derechos de la mujer de HRW.
La organización señaló que aunque se ha dado apoyo psicológico por ejemplo a las mujeres de la minoría yazidí, eso no es suficiente para luchar contra el estigma de la violación.
Los yazidíes, de etnia kurda y cuya religión se basa en el zoroastrismo, son un objetivo del EI, que los considera infieles, y los crímenes cometidos contra esta minoría podrían ser calificados de genocidio, según la ONU.
HRW recogió hoy en su nota los testimonios de 21 mujeres suníes y de 15 yazidíes que lograron escapar de las zonas controladas por el EI en Irak a finales de 2015.
Varias mujeres y niñas yazidíes que estuvieron en cautividad durante más de un año describieron que fueron obligadas a convertirse al islam y a ser esclavas sexuales, que fueron compradas y vendidas en mercados y que pasaron por las manos de hasta cuatro miembros del EI.
«Cuanto más tiempo están en manos del EI, la vida se convierte en más horrible para las mujeres yazidíes, compradas y vendidas, violadas brutalmente, y sus hijos arrebatados», denunció la investigadora de derechos de la mujer de HRW.
Wheeler también se refirió a las mujeres suníes, la misma confesión del EI, a las que el grupo yihadista ha impuesto restricciones «apartándolas de una vida normal por completo».
Entre estas restricciones figura la obligación de salir a la calle cubiertas con el «niqab» (velo que solo deja al descubierto los ojos) y acompañadas de un familiar varón.
Además, el EI también dificulta su acceso a la educación y a los sistemas de salud, ya que sus normas prohíben a los doctores hombres tocar a las pacientes y estar a solas con una mujer en la consulta.
A esto se suma que la población tiene miedo de utilizar algunas de las instalaciones médicas y educativas ya que la presencia en las mismas de combatientes del EI las convierte en blancos de la aviación de la coalición internacional y del Ejército iraquí.
El grupo yihadista proclamó su califato en junio de 2014 tras conquistar amplios territorios del norte y centro de Irak y Siria.
EFE/Foto: elconfidencial.com