El 11 de abril de 1944 muere Alejandro Villanueva, ídolo máximo de Alianza Lima

 

Está escrito en la historia. Y lo traigo a la memoria, luego de 72 años de ocurrido tan fatal desenlace, con el visto bueno de los responsables de Crónica Viva, pues en las siguientes quincenas escribiré sobre otros hechos memorables en el deporte peruano.

Villanueva, larguirucho centro delantero, era conocido, inicialmente, como “Manguera”, pues medía 1.95 y estaba dotado de una exquisitez en su juego, que la hizo extensiva a todo el equipo victoriano, ganándose las palmas en el Perú y el extranjero.

Todos los medio de comunicación dieron la noticia del fatal desenlace, mencionando, por ejemplo, que a su entierro acudieron sus ex compañeros de equipo y que la mayoría, como José María Lavalle, no pudo contener el llanto. En sus hombros, llevaron el féretro unos 600 metros, seguidos de cientos de hinchas apesadumbrados y tristes, por el penoso final del más grande futbolista aliancista. Hasta los choferes de buses públicos llevaron gente, gratis, a acompañar el entierro de tan gran deportista. La TBC y la vida nocherniega se lo llevaron temprano.

Alejandro Villanueva Martínez había nacido el 4 de junio de 1908 (¡no había cumplido 36 años!) en las últimas cuadras de la avenida Francisco Pizarro, en el Rímac, zona antes conocida como “Malambo”, donde habitaba, generalmente, gente de raza negra.

Siendo adolescente su familia se fue a vivir a Maravillas, en los Barrios Altos. Ya le gustaba el fútbol y jugaba por equipos de barrio. Don José Salom Maurtua, quien fue futbolista del Circolo Sortivo Italiano y luego presidente de la Federación Peruana de Fútbol y vicepresidente FIFA, para el área sudamericana, me comentó, para un libro sobre sus memorias, que en 1924 llegaron a Lima los futbolistas uruguayos que ese año habían campeonado en los Juegos Olímpicos de Paris, para cumplir varias actuaciones en nuestra capital, las que debieron cumplirse en el Circolo, pues el Estadio Nacional aún no tenía tribunas y ese club de súbditos italianos, había inaugurado, hacía poco, su estadio, con capacidad para 8 mil personas..

Pero quien no se perdía un solo entrenamiento de tan ilustres visitantes, era un muchacho moreno y alto, quien hasta se ganó su confianza y le permitieron entrenar con ellos.

Entonces en Lima y en todo el país, se jugaba un fútbol simple, de centros y pases largos, que nos habían dejado los ingleses del Lima Cricket. Los uruguayos, en cambio, jugaban al toque, hacían triangulaciones, pasaban la pelota entre las piernas (huacha o túnel) o la pasaban por encima de la cabeza del contrario (sombrero) y hasta la paraban con el pie a gran altura. Villanueva aprendió esas jugadas y hasta la jalada, aunque se echaba en el pasto, pues era muy alto para realizar la chalaca o caracol.

Este fútbol cunda, habilidoso, primero lo llevó Villanueva al Teniente Ruiz del Rímac, en 1926, donde jugó en Segunda División, para el año siguiente, 1927, pasar al Alianza Lima, que precisamente ese año dejó de llamarse “Sport Alianza” y se mudó a La Victoria.

Villanueva es el líder del equipo, le llaman “El Maestro” y hace historia con los “íntimos”

Alejandro Villanueva se convierte en el líder del equipo victoriano, le llaman “El Maestro”, y traslada la sapiencia de su juego a sus nuevos compañeros, donde destacan Alberto Montellanos, José María Lavalle y Demetrio Neyra. Campeona en el primer torneo de la Federación Peruana de Fútbol, en 1928, y es fundamental para el “Tri” de 1931, 1932 y 1933. Brilla en la gira a Chile, de finales de 1935, donde Alianza termina invicto y reconocido como “El Rodillo Negro”

También se luce en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 y está presente en el Mundial de Uruguay en 1930. Su fútbol creativo también es efectivo y termina como goleador de esos títulos logrados por Alianza. Su grandeza fue reconocida en el Perú y en el extranjero. Y por eso el estadio aliancista lleva su nombre “Alejandro Villanueva”.

En vida, nuestro más laureado compositor de música criolla, Felipe Pinglo Alva, declarado hincha de Alianza Lima, le dedica esta polca:

“Alejandro Villanueva”

Maestro del pase entre los pies,
el balón esclavo tuyo es;
dominado siempre ha de llegar
donde tu saber lo quiera enviar.

Eje de una línea de mucho valor,
sirves a conciencia, con gran precisión,
distribuyes juego de manera singular;
tu visión es presta y tu pase eficaz.

De cabeza juegas como el mejor,
delantero centro, forzoso internacional,
tu acción es cerebro y recreación.

Alejandro Villanueva, del fútbol peruano honor,
dribleando tu estilo único es,
tus shots y jaladas sin igual;
la de cuero y goma entre tus pies
es esclava de tu voluntad.

Y el mismo día que fallece, don Pedro Espinel, otro compositor criollo muy reconocido, dolido por la triste noticia, compone este vals, muy cantado en todo el Perú:

“Alejandro Villanueva”

El sol se despuntaba, anunciando un nuevo día
y en las calles se advertía el barullo matinal,
y en el nosocomio una vida se extinguía,
tras de su lenta agonía, partía a la eternidad.

Recuerdos de otros tiempos surgen hoy a mi memoria,
como un eco de la historia, un pasaje del ayer;
aquel hombre famoso, que dio gloria y nombre al deporte nacional,
un as entre los ases, figura continental

Fue un maestro sin igual, que nos hizo delirar,
lo grande de su juego y de su escuela;
América ha palpado bien su nombradía,
Europa también lo supo apreciar.

Al despedirse de ti, la afición con emoción,
te dicen los que ayer batieron palmas: ¡Que siempre vivirás en el recuerdo,
Alejandro Villanueva, quien dio lauros al Perú!

 

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