BUENOS AIRES.- En un recinto del barrio La Boca de Buenos Aires nació un nuevo tipo de supermercado, sin estanterías ni carritos. Se trata de la iniciativa ciudadana «Mercado de Consumo Popular» (Me.Co.Po), que busca abastecer a los vecinos de la capital de productos más baratos para hacerle frente a la inflación.
El espacio de pocos metros cuadrados es gestionado por el movimiento Pueblos en Marcha, que reúne agrupaciones de izquierda, desde septiembre del 2015.
Ubicado muy cerca de la cancha de Boca Juniors, está organizado por secciones: limpieza, librería, verduras y frutas y cereales.
La veintena de organizadores convive con carteles de las agrupaciones, música, mate y, sobre todo, buena voluntad para coordinar los envíos, que salen hacia 20 barrios porteños y la zona sur y norte del área metropolitana, después de todo un día de trabajo.
Los «bolsones» se venden a precios hasta un 40% más baratos de lo que se encontrarían en los supermercados: por ejemplo, una canasta de verduras de 8 kilos cuesta alrededor de 120 pesos (aproximadamente 8.2 dólares).
«Desde que asumió (Mauricio) Macri, ha habido una situación económica cada vez más complicada para los sectores populares, por un lado por la devaluación de la moneda y por el otro porque se permitió la suba indiscriminada de precios», explicó a Efe Carina López Monja, de Me.Co.Po, acerca de los orígenes del proyecto.
Argentina es uno de los países del mundo con mayor inflación: el Índice de Precios al Consumidor subió 3,3 puntos porcentuales en marzo respecto a febrero y llegó, en el primer trimestre del año, al 11.9 %, mientras que los precios se incrementaron 35 puntos entre marzo de este año y el del 2015.
Los aumentos en la energía anunciados en enero, que llegarán hasta un 600%, y los de los boletos de transporte público, de alrededor del 100 %, complicaron aún más el panorama.
Macri, en numerosos discursos desde que asumió la Presidencia el pasado diciembre, ha explicado que su «prioridad» es «bajar la inflación» después de una década de acumular el 700% durante los Gobiernos kirchneristas, algo que le ha obligado a «sincerar» muchos precios «que estaban retenidos artificialmente».
Desde su página en Facebook, que suma alrededor de 8,000 «Me gusta», Me.Co.Po denuncia a los supermercados y apoya el boicot llamado #SuperVacíos, que persigue el objetivo de que los compradores no se acerquen a las cadenas para que estas bajen sus precios.
Además, la red social funciona como una herramienta para comunicar las fechas de las misiones y para convocar a más vecinos.
«Nosotros decimos que el objetivo es organizarnos colectivamente para la vida digna, y en ese sentido proponemos construir círculos», detalló López Monja, acerca de los grupos de vecinos que se pueden organizar para que lleguen los envíos a sus barrios o buscarlos por la central.
«Todos juntos desde ese círculo se pueden sumar y hacer un ida y vuelta con la misión, con la idea de que los artículos vayan directamente desde el productor hasta el consumidor y se eliminen los intermediarios y la especulación que hace que los precios sean tan altos», añadió.
De esa manera, Me.Co.Po tiene un doble objetivo: además de subsanar los bolsillos de los vecinos, busca «construir otra economía» que permita consumir «conociendo quiénes son los que producen, cuáles son sus necesidades y sus sueños».
Los artículos que integran los «bolsones» llegan desde cooperativas, fábricas recuperadas y pequeños productores que fueron convocados por el proyecto o que se suman a través de las redes sociales.
López Monja consideró «preocupante» que mayor cantidad de personas no tenga «otra opción» para comprar más barato.
Sin embargo, dejó una reflexión final en el plano positivo, relacionada con el nombre Me.Co.Po, que representa a las siglas del movimiento pero a su vez, juega con el término «coparse», que en Argentina es una expresión relacionada con «sumarse».
«Nos parece fundamental que más personas puedan asumirse como consumidores activos, responsables, que decidan, no solo por necesidad económica sino por valores, comprar en otro lugar», concluyó.
EFE/ Sofía Terrile