Consolidada como una acérrima defensora de la identidad y tradición de Perú, la actriz y cantante Magaly Solier afirmó en una entrevista que, para ella, hablar quechua «es un regalo» y no una vergüenza, como aseguró percibir entre la mayoría de los peruanos que saben los idiomas de sus ancestros.
Para ayudar a derribar esas barreras, Magaly Solier prepara un concierto escénico titulado Ricchari warmi (Despierta mujer), bajo su propia dirección, y en el que cantará en cinco idiomas: «el quechua, el aimara, el asháninka, el muchik, que prácticamente ya ha desaparecido, y el castellano», según apuntó la artista.
En la obra, programada para el 26 y 27 de abril en el Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Perú (CCPUCP), en Lima, Magaly Solier interpretará los roles de ocho mujeres diferentes, con algunos temas incluidos en su último disco Coca quintucha (Coca bonita), que recopila antiguas canciones entonadas en los Andes.
«Fusionar eso no es fácil porque me dirijo a mí misma, así que trato de guiarme por lo que siento. El reto más grande es el cambio constante de emociones. Cada uno de mis personajes tiene emociones distintas, en escalas que van subiendo y bajando, como las olas del mar», explicó Magaly Solier.
«La obra habla del amor, con personajes muy bonitos, que te hacen reír, pero es una comedia poética y nada vulgar, en la que voy desde el presente al pasado», agregó Magaly Solier.
Magaly Solier indicó que uno de los nexos entre ambos tiempos es la canción Sunjuchallaymi, compuesta por ella misma para conjugar esos dos mundos que también presenta en Coca quintucha, grabado tras recuperar canciones transferidas de generación en generación en su región natal de Ayacucho, en los Andes del sur de Perú.
«En esas investigaciones me di cuenta (de) que los peruanos carecemos de identidad cultural porque tienen vergüenza o miedo a ser rechazados y discriminados por hablar una lengua distinta al español», comentó Magaly Solier.
Magaly Solier apuntó que la educación es la solución para eliminar esas reticencias, desde «hacer ver a los hijos que no es malo hablar un idioma ancestral» hasta reclamar una mayor inversión del Estado para que contrate profesores y personal médico que hable esas lenguas.
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Magaly Solier, quien antes de debutar en el cine con Madeinusa (2005) pretendía ser policía, comentó que «el arte es mucho más poderoso que una pistola» para defender a la gente y que eso es lo que busca en sus películas y canciones.
«Decidí defender los derechos humanos, el respeto a las mujeres y el respeto hacia el futuro que dejamos a nuestros hijos. Escojo personajes que nos puedan ayudar a mujeres, hombres y a niños a unirnos. Ese es mi objetivo. No me importa si el director es exitoso o es un estudiante. Eso no tiene nada que ver conmigo», dijo Magaly Solier.
«Siempre miro que mis hijos nunca sientan vergüenza de mi trabajo ni de las cosas que digo, y que tengan una buena explicación de mi ausencia mientras trabajo. Para mí es duro separarme de mis hijos», añadió Magaly Solier, madre de dos niños.
Magaly Solier también expresó su felicidad por el premio a la mejor película obtenido la pasada semana en el Festival de Cine de La Habana en Nueva York por Magallanes (2015), donde interpreta a Celina, una mujer que fue secuestrada por militares y que «busca la luz de la vida, y el aire y el oxígeno que la deje respirar».
«No me equivoqué en aceptar dar mi alma y mi amor a este personaje escrito por el director (Salvador Del Solar), y tampoco me equivoqué cuando le sugerí en qué escenas podía hacerlo de una forma determinada», valoró.
Tras sus conciertos en Lima, Magaly Solier se enfocará en la grabación de la película Retablo, que se rodará en varios municipios de Ayacucho, como la ciudad de Huamanga y la comunidad campesina de Llunchi, y donde interpretará a un personaje quechuahablante.
Andina / EFE
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