EEUU.- El diario The New York Times publicó su editorial «Ahora es el partido de Donald Trump» donde califica a los seguidores del controvertido magnate como miopes en la caminata hacia la oscuridad que emprendió el Partido Republicano en las primarias de Indiana.
Ted Cruz anunció que terminaba su campaña, dejando al gobernador John Kasich como único rival ante Donald Trump en la contienda del Partido Republicano, quien también renuncio dejàndole el camino libre.
Menciona que los republicanos van a nominar ciertamente a Trump, quien puede ser el más volátil y menos preparado de los candidatos presidenciales nominados por el mayor partido de los tiempos modernos. Un hombre que fue ridiculizado por muchos miembros prominentes del partido se va a transformar en el abanderado del Gran Partido Viejo.
A continuación reproducimos parte del editorial del New York Times:;
Para el Partido Republicano es momento de juzgar sus acciones. Es necesario revisar las fallas ocurridas en el liderazgo y las traiciones que llevaron a esta situación, y encontrar la mejor manera de hacer frente a lo que ofrece la demagogia.
Los líderes del partido fallaron por pensar durante años solamente en ganar la próxima elección. Año tras año, los candidatos prometieron ayudar a la gente de clase media que perdieron sus casas, trabajos y ahorros por la recesión, o a los que perdieron sus miembros en la «necesaria» guerra, y luego, no hicieron nada más.
El hecho de que Trump haya cautivado a sus votantes con una simple promesa: «Hacer a los Estados Unidos grande de nuevo» («Make America Great Again») – ofreciendo únicamente xenofobia, aislacionismo e ideas fantásticas- es el testimonio de cómo la gente rechazó a los políticos que los traicionaron.
Hoy, más miopes que nunca, los líderes republicanos empiezan a manifestar su apoyo a Trump. Durante la campaña en Florida el mes pasado, Paul Manafort, asesor de Trump, trató de que su candidato se viera más seguro para la vieja guardia del partido y aseguró que Trump estaría mejor preparado para la presidencia.
«Eso es lo que los muchachos necesitaban escuchar», dijo el asesor. «Tal vez se lo puede entrenar». Pero un día después, Trump volvió a hacer comentarios desagradables en su campaña. En su confuso discurso sobre el plan de política exterior, no mostró otra cosa que una deliberada negación a aprender. (ECHA- Agencias)