En Japón, como una forma de sobrevivencia, la delincuencia senil cada día va en incremento, por lo que los delitos cometidos por mayores de 65 años ya superan la cantidad de denuncias de robos ejecutados por jóvenes de entre 14 y 19 años.
La causa radica en que muchas personas adultas mayores de Japón ven como una buena salida, pasar sus últimos días en las cárceles, ya que fuera de ellas no tienen una pensión suficiente para vivir y porque sus hijos se han desatendido de ellos por la «nueva estructura familiar» de ese país.
Expertos sugieren que es muy probable que las personas de la tercera edad cometan estos crímenes buscando terminar en las cárceles y, de esta manera, mejorar sus condiciones de vida. «La situación social en Japón ha empujado a las personas de avanzada edad a la necesidad de cometer crímenes», explica el investigador Akio Doteuchi.
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Según la tendencia demográfica, hasta el 2060 el 40% de la población japonesa tendrá más de 65 años. Asimismo, el gasto promedio de un jubilado es un 25% mayor que la pensión básica, que es de 780,000 yenes anuales (casi 7,000 dólares), calcula Michael Newman de la empresa de investigaciones independiente Custom Products. Ahora un 40% de las personas de avanzada edad vive solo.
Mientras según las cifras de la policía de Japón, más del 35% de hurtos perpetrados en estaciones de Tokyo y en tiendas corresponden a ancianos, recientemente. Asimismo, la proporción de robos violentos hechos por ancianos también va en aumento y se elevó en un 11% en la primera mitad de 2015.
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