El Camp Nou de la ciudad española de Barcelona (nordeste) ha temblado hoy hasta sus cimientos con el torrente de rock que ha traído desde el otro lado del Atlántico Bruce Springsteen and The E Street Band, en su primer concierto europeo de «The River Tour».
Sesenta y cinco mil personas han recibido al Boss y su mítica banda, que han electrificado a la multitud durante tres horas y media de música, energía, complicidad con el público y camaradería sobre el escenario.
Todo ello sin pausa, a todo gas, sin efectos especiales ni plataformas que suben y bajan, y sin rastro de nostalgia, a pesar de que han pasado 35 años desde que vio la luz el legendario disco que da nombre a esta gira cargada de temas clásicos.
En forma física y artísticamente, The Boss ha saltado al escenario con sólo 15 minutos de retraso, casi nada si tenemos en cuenta que desde los atentados de París los controles de los accesos de los eventos multitudinarios son más exhaustivos, y ha gritado «viva Barcelona y viva Cataluña».
La respuesta del público ha sido un grito unánime y 65.000 personas bailando a la vez al ritmo de «Badlands», «No surrender» y «My love».
The Boss ya anunció que el repertorio de Europa iba a ser diferente al de la gira americana, y así ha sido desde principio, ya que los primeros temas no han salido del disco «The River», aquel álbum mítico de 1980 que ha reeditado 35 años después y que ha interpretado íntegramente en los anteriores conciertos.
Tras este arranque contundente, Bruce ha preguntado en catalán «esteu preparats?» y se ha lanzado a tumba abierta con canciones incluidas en «The River», como «Ties that bind» y «Sherry darling», y en sentido ascendente hasta «Hungry heart».
En este punto, Springsteen se ha dado uno de los múltiples baños de multitudes del concierto y ha bajado del escenario, saludando, dando la mano y caminando por el pasillo que le han abierto los agentes de seguridad hasta una pequeña tarima, donde ha seguido cantando y aporreando la guitarra.
Como si no tuviera 67 años, sino 37, Springsteen ha vuelto al escenario corriendo, se ha tirado por el suelo y todavía ha tocado «Out in the street» antes de empezar con las baladas.
El punto álgido de este segundo tramo del concierto ha sido «The River», con Bruce Springsteen en estado de gracia y un público emocionado, que no sabía sin cantar, llorar o hacerse un selfie.
La conexión entre Springsteen, la E Street Band y el público ha sido total desde el primer momento, hasta el punto que Springsteen ha modificado el repertorio varias veces para responder a las peticiones del público, y ha incluido las no previstas «I’m going down» y «Glory days».
«Enhorabona Barça» ha dicho, consciente de que estaba tocando en el campo del F.C.Barcelona el día que el equipo que lleva el nombre de la ciudad se ha proclamado campeón de la Liga española.
Con una bandera de Estados Unidos en una esquina del escenario y otra catalana en el lado opuesto, Bruce ha encarado el tramo final con una emotiva interpretación de «Purple rain», en homenaje a Prince.
A partir de aquí el río se ha desbordado y ha acabado en inundación, con «Born in the USA», «Born to run» (canción en la que se han encendido las luces y se ha podido ver al público desatado), «Dancing in the dark», en la que ha sacado a bailar a una chica del público que no cabía en sí misma, una versión de «Shout» en la que han bailado hasta el apuntador, y «Bobby Jean».
Y cuando parecía que todo había terminado, todavía ha habido un regalo más: «Twist and shout». Todo un torrente de emociones. EFE