LA PAZ.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, rechazó hoy el racismo y manifestó su deseo de que no se repitan actos de discriminación como los que se cometieron hace ocho años en la ciudad de Sucre, que motivaron la declaración del 24 de mayo como Día Nacional contra la Discriminación y el Racismo.
El mandatario, de etnia aimara, conmemoró hoy en un acto en el departamento de Chuquisaca (sur) los sucesos en los que un grupo de opositores obligó a alrededor de 25 campesinos indígenas a marchar semidesnudos por la ciudad de Sucre, a besar el suelo en su plaza principal y a insultar al presidente.
Los hechos tuvieron lugar el 24 de mayo de, 2008 -dos años después de la llegada de Morales al Gobierno- cuando el grupo opositor Comité Cívico Interinstitucional se organizó para impedir la llegada del presidente a la ciudad, que es capital constitucional de Bolivia y sede del Poder Judicial.
Las protestas con palos, piedras y dinamita afectaron también a militares, obligaron a cancelar el acto presidencial y causaron alrededor de treinta heridos.
La Justicia boliviana condenó en marzo de este año a doce exautoridades y dirigentes sucreños a seis años de prisión y a otros cinco a penas menores, en una sentencia que la ONU valoró como un «avance histórico».
Morales recordó que se creó el Día Nacional Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación «para que nunca más haya represión y discriminación, especialmente al movimiento campesino originario».