PARÍS.- El gobierno de Francois Hollande se vio obligado a usar sus reservas estratégicas de petróleo para hacer frente a la escasez de combustible debido a las huelgas y protestas contra la ley laboral, que afecta a refinerías, puertos y transportes.
La tensa situación se agudizó los últimos días debido a que seis de las ocho refinerías francesas están paradas total o parcialmente por huelgas, mientras que el 20% de las 12.000 estaciones de servicio tienen dificultades de aprovisionamiento
“El bloqueo de refinerías y depósitos de combustible obligó a recurrir a las reservas desde hace dos días», informó la Unión Francesa de Industrias Petroleras, un anuncio que podría alimentar la inquietud de la opinión pública y hacer aumentar la presión sobre el gobierno socialista.
Seis de las ocho refinerías francesas están paradas total o parcialmente por huelgas y varios depósitos de combustible están bloqueados por manifestantes que se oponen a un proyecto de nueva ley laboral.
Horas después el secretario de Estado de Transportes, Alain Vidalies, confirmó que el 20% de las 12,000 estaciones de servicio francesas tienen «dificultades» de aprovisionamiento.
El conflicto social, que afecta también los transportes y los puertos, podría extenderse a la producción de electricidad dado que se hizo un llamado a la huelga para este jueves en las centrales nucleares.
El vocero del gobierno, Stéphane Le Foll, descartó por ahora la idea de requisar a empleados de las refinerías en huelga, medida pedida por varios políticos de la oposición de derecha para evitar la penuria de gasolina.
«El Estado y el gobierno harán lo necesario para liberar un cierto número de refinerías o de reservas para asegurar el aprovisionamiento de los franceses», se limitó a afirmar Le Foll.
El miércoles de madrugada, la policía intervino para desbloquear un depósito de combustible del norte del país, cuyo acceso estaba cerrado por sindicalistas.
En Brest (noroeste), fueron también desalojados unos 60 manifestantes que bloqueaban otro depósito.
La víspera, la intervención de la policía contra huelguistas que bloqueaban una refinería y un depósito de combustible provocó la ira de la CGT, principal central sindical de Francia y punta de lanza de la movilización, que replicó con un refuerzo de la movilización.
Dos de los principales puertos franceses, Marsella (sur) y Le Havre (norte) se disponían a unirse al movimiento social. En Le Havre, está ya en huelga el personal de las terminales petroleras, por donde transitan 40% de las importaciones francesas de crudo.
«Al cabo de cinco o seis días, no habrá más combustible en los aeropuertos parisinos», advirtió el alcalde de la ciudad, Edouard Philippe. (ECHA – Agencias)