WASHINGTON.– EEUU celebró hoy el Día de los Caídos con la tradicional ceremonia oficial en el cementerio de Arlington, donde el presidente Barack Obama pidió recordar a todos los militares fallecidos en combate, y después de un desfile de motos politizado esta vez por la presencia de Donald Trump.
El Día de los Caídos (Memorial Day, en inglés) sirve desde el fin de la Guerra de Vietnam para recordar en EEUU los problemas a los que se enfrentan los veteranos a su regreso a casa o los de las familias de aquellos que pierden la vida en combate.
La solemne ceremonia en el cementerio de Arlington, a las afueras de Washington y donde están enterrados militares fallecidos en las guerras en las que ha participado EEUU, comenzó con una ofrenda floral en la tumba al soldado desconocido.
A continuación, Obama pronunció un breve discurso en el que enfatizó que los militares que descansan en el cementerio de Arlington y sus familias solo piden una cosa a cambio de su «heroísmo» y sacrificios: ser recordados.
«Es nuestra responsabilidad, nuestra obligación, llenar este silencio con nuestro amor, apoyo y agradecimiento», declaró el mandatario.
En el marco de las conmemoraciones del Memorial Day, con el llamado «Rolling Thunder» centenares de motociclistas toman el centro monumental de Washington, desde el Capitolio al cementerio de Arlington, para recordar el sacrificio de los soldados estadounidenses, en un evento de corte conservador pero sin carga política.
Pero Trump, el oficioso candidato a la presidencia por el Partido Republicano, convirtió el domingo esta concentración de tres días que finaliza hoy en un evento político en el que no tuvo la deferencia de dejar de un lado su discurso de campaña y acabó criticando de nuevo a los inmigrantes.
«Tenemos que cuidar a nuestros veteranos, y en muchos casos los inmigrantes ilegales están recibiendo mejores cuidados en este país que los veteranos y eso no va a pasar conmigo», aseguró Trump en un escenario montado frente al icónico Monumento a Abraham Lincoln.
Acompañado por acólitos con pancartas de «Veteranos por Trump», el magnate afirmó haber congregado a 600,000 personas, un número probablemente exagerado.
En las cercanías algunos participantes protestaron con otro tipo de pancartas, las que recordaban que Trump evitó ir a la Guerra de Vietnam por un diagnóstico de juanetes y es el menos indicado para dar lecciones de coraje y patriotismo.
No obstante, no son pocos los participantes que mostraron su simpatía por Trump, especialmente por su discurso a favor de los veteranos y sus campañas de donaciones.
Trump recaudó en enero 6 millones de dólares y ha prometido revelar hoy cuándo trasferirá los fondos a organizaciones de veteranos para que financien iniciativas de ayuda al empleo o de salud, las principales necesidades de los excombatientes.
Según una encuesta publicada el viernes por Morning Consult, los veteranos prefieren a Trump sobre Hillary Clinton, la favorita a proclamarse candidata presidencial demócrata para las elecciones del próximo noviembre.
De acuerdo con el sondeo, el 47 % de los veteranos prefiere a Trump frente al 38 % de Clinton, una diferencia que se recorta si el candidato presidencial demócrata fuera el senador Bernie Sanders, rival de la ex secretaria de Estado, que obtendría el 43 % de apoyo.
Desde el comienzo de su campaña, Trump ha basado gran parte de su estrategia en mostrarse como el gran defensor de los veteranos con la intención de ganar credenciales ante votantes conservadores y aquellos que consideran la seguridad nacional y las Fuerzas Armadas una prioridad.
Nancy Regg, portavoz de los organizadores del «Rolling Thunder», ha defendido haber invitado al evento de este fin de semana a Trump, porque asegura que el candidato va a hacer a las Fuerzas Armadas de EEUU. «grandes de nuevo», parafraseando el lema campaña del magnate de los casinos.