BUENOS AIRES.- Las dos ramas de la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA) se manifestaron hoy en Buenos Aires en contra del veto que impuso el presidente argentino, Mauricio Macri, a una ley aprobada en el Congreso que establecía la doble indemnización en caso de despidos durante seis meses.
La CTA Autónoma, que lidera Pablo Micheli y la de los Trabajadores de Hugo Yaski, dos de las cinco centrales sindicales del país, solventaron sus diferencias para marchar juntas hoy en una jornada de lucha en la que miles de sindicalistas protestaron también contra las subidas de las tarifas de servicios públicos anunciadas por el Gobierno.
Según fuentes sindicales 40,000 manifestantes colapsaron la céntrica Plaza de Mayo y las calles aledañas desde primera hora de la tarde, mientras que en diferentes capitales de provincias argentinas los sindicatos también convocaron numerosas movilizaciones.
«Es una situación casi explosiva. La gente no puede pagar la boleta de luz o del gas, no tiene dinero para viajar, hay muchísima gente caminando en la ciudad de Buenos Aires», denunció Micheli en declaraciones a Efe, al tiempo que lanzó un mensaje a los trabajadores: «vamos a pelear», garantizó.
Ayer, Yasky y Micheli dieron una rueda de prensa conjunta para anunciar la movilización, donde coincidieron en que la jornada de hoy es un paso más hacia un «paro general» y compartieron la necesidad de garantizar los servicios esenciales que recaen sobre todo en las espaldas de los trabajadores.
Micheli reiteró hoy a Efe que, tal y como está la situación en Argentina y después del veto de Macri a la ley «antidespidos», esa huelga general se va a producir «antes del receso del invierno -austral-» en julio.
Para el dirigente sindical, el hecho de que se hayan unido las dos ramas de la CTA -dividas históricamente por diferencias políticas- da cuenta de la gravedad de la situación y del «mal humor social» que existe en Argentina a raíz de las medidas de ajuste económico acometidas por el Gobierno en los últimos meses.
Los líderes sindicales Hugo Yasky (c) y Pablo Michelis (d) participan hoy, jueves 02 de junio de 2016, durante una manifestación en Buenos Aires (Argentina). EFE/ Alberto Ortiz
El pasado 20 de mayo, Macri anunció el veto a la ley de emergencia ocupacional, más conocida como ley «antidespidos», que fue aprobada en el Congreso y que decretaba que, durante 180 días, un empleador debería pagar doble indemnización en caso de despedir a un trabajador.
Macri aseveró que esa iniciativa legislativa congelaba empleos, mantenía en la informalidad a los trabajadores e incrementaba la pobreza.
La decisión del presidente generó un fuerte rechazo dentro de la oposición, especialmente en el Partido Justicialista (PJ), que impulsó el proyecto, y entre numerosos sectores sociales como los sindicatos, que volvieron a lanzar la amenaza de una huelga general en el país.
Además, se suma la creciente inflación y los anuncios del Gobierno argentino en los últimos meses de numerosos aumentos en las tarifas de diferentes servicios públicos como el transporte público, que subió un 100 % el agua y el gas (cerca de un 300 %) y la electricidad que aumentó en abril hasta un 600 %.
El Ejecutivo afirma que no existía «otra forma» de garantizar el futuro de los argentinos que aumentar las tarifas de dichos servicios públicos.
En este sentido, tanto Micheli como Yasky pedirán hoy en la Plaza de Mayo una mesa de diálogo vinculante entre las cinco centrales sindicales, los representantes de los empresarios y el Gobierno en la que se hablen de soluciones reales a los problemas que enfrenta la sociedad, avanzó el líder de la CTA-A.
Asimismo, el sindicalista llamó al Gobierno a que use la «cordura» y no la represión con «palos y gases» para frenar las protestas, algo que, recordó, «ya utilizaron otros gobiernos en Argentina» y cuyo resultado es «terrible».