HOUSTON.- Después de un viaje de casi 5 años, la nave Juno de la agencia aeroespacial de Estados Unidos, NASA, llegará a Júpiter el pròximo 4 de julio en para estudiar la evolución del planeta más grande del Sistema Solar.
Los científicos de la NASA confirmaron este jueves que ese día Juno encenderá su principal motor para reducir su velocidad y entrar en órbita donde pasará casi un año circulando los polos de Júpiter y atravesando nubes para estudiar cómo el planeta se formó y evolucionó.
A diferencia de la Tierra, que es un planeta rocoso, Júpiter es un gigante de gas conformado en su mayoría por hidrógeno y helio por lo que misiones dependieron de fuentes de energía nuclear para operar tan lejos del Sol y Juno es único porque tiene paneles solares que están diseñados para orientarse hacia el Sol durante la mayor parte de la misión.
Una vez comience su misión principal, en noviembre, Juno dedicará al menos un año y medio a examinar el interior del planeta y su clima, sin embargo, algunos científicos están interesados no en lo que nos puede decir sobre Júpiter, sino en lo que podría revelar acerca de planetas mucho más lejanos.
Tienen la esperanza de que al recopilar información detallada sobre nuestro propio mundo gaseoso, Juno ayudará a revelar cómo nacieron y cómo se comportan otros gigantes similares más allá de nuestro sistema solar.
Se han descubierto cientos de planetas del tamaño de Júpiter orbitando a otras estrellas, y los científicos sospechan que esos son solo la punta del iceberg. A algunos se les conoce como «Júpiters calientes» porque sus apretadas órbitas alrededor de las estrellas madre generan en ellos altísimas temperaturas.
Otros Júpiters circulan en órbitas oblongas muy excéntricas, algo que también es poco común en nuestro vecindario. Nadie sabe por qué algunos planetas terminan en tales órbitas excéntricas o cercanas, mientras que otros –como Júpiter– giran en trayectorias relativamente circulares y más distantes.
Una teoría es que los planetas comienzan encauzados en diferentes órbitas y con el tiempo van migrando. Juno buscará indicios de si Júpiter se formó in situ o en otro lugar diferente del actual, determinando las cantidades de agua y oxígeno en el interior del planeta.
De tener menos de lo esperado para justificar su formación en el lugar actual, el planeta podría entonces haber nacido más lejos del sol, donde el ambiente es más frío, y más tarde haber migrado hacia el interior del sistema solar.
Tal hallazgo tendría implicaciones para los modelos que predicen la formación de otros gigantes de gas en otros sistemas.
Es poco probable, sin embargo, que Júpiter haya migrado muy lejos, dice el investigador principal de Juno, Scott Bolton, del Southwest Research Institute,quien advirtió que la nave espacial no será capaz de hacer una prueba directa de la migración orbital, porque cualquier cosa que los científicos aprendan acerca del interior de Júpiter va a tener que considerar los varios escenarios de formación pueden estar en juego.
Los científicos tienen preguntas similares acerca de si la mayoría de los exoplanetas gigantes gaseosos que ven se han formado en sus ubicaciones actuales o se han desplazado por ahí.
Por ejemplo, según algunas teorías, parece poco probable que los Júpiters calientes se hayan formado donde se encuentran ahora porque estando tan próximos a sus estrellas, la mayor parte del material de construcción planetaria habría sido escasa. Del mismo modo, los investigadores tienen problemas para entender cómo los gigantes gaseosos pueden haberse formado muy lejos de sus estrellas, por una carencia similar de materiales de construcción.
Por lo tanto, los datos de Juno podrían ayudar a los científicos a entender mejor cómo los sistemas exoplanetarios lograron sus diseños, dice Jack Lissauer, científico del Centro de Investigaciones e la NASA.
Cualquier evidencia de que Júpiter ha migrado podría apoyar la idea de que otros planetas gigantes son también propensos a desplazarse.
Tales investigaciones serán sólo una parte de los esfuerzos de Juno para aprender más acerca de los componentes de Júpiter. A pesar de 400 años de observaciones telescópicas del planeta gigante y 40 años de estudios en primer plano con naves espaciales, todavía se entiende poco acerca de la historia de la formación de Júpiter.
Misterios básicos tales como si el planeta tiene un núcleo, y si tiene uno, cuál es su tamaño, así como la cantidad de agua en el interior de Júpiter, tienen en suspenso a los científicos. (ECHA -Agencias)