Una voz que se mantiene poderosa y un repertorio plagados de grandes éxitos es la receta que Tom Jones ha vuelto a utilizar hoy con éxito en los Jardines de Pedralbes de Barcelona (noreste), aderezada con una vuelta a los orígenes que ha sido la guinda del pastel.
Tom Jones es un superviviente nato que sabe nadar a favor de la corriente, por eso era de esperar que el concierto de hoy fuera una fiesta en la que sonaran las canciones de celebración que le han hecho famoso.
Pero, como buen superviviente, el Tigre de Gales también sabe reinventarse y su último hallazgo ha sido volver a sus raíces musical, con versiones gospel, blues, country y rock que ha grabado en una trilogía que empezó en el 2010 con «Praise & Blame (2010) y cuya última entrega ha llegado hace unos meses con «Long Lost Suitcase».
El público del Festival Jardines de Pedralbes ya tuvo noticias de este nuevo camino del galés en el concierto que ofreció en este mismo espacio hace dos años.
Pero esta dirección tiene recorrido y las raíces han vuelto a impregnar hoy un repertorio de grandes éxitos que, sin embargo, ha sonado diferente y ha permitido que el público se reencontrara con el Tom Jones de siempre sin la sensación de repetirse.
Para dejar claras las intenciones, el concierto ha empezado con una versión del «Burning Hell» de John Lee Hooker, con Tom Jones luciendo vozarrón, acompañado sólo por guitarra y batería.
En el tercer tema, «Hit o Miss», ha aparecido el resto de la banda, nueve en total, y el sonido Nueva Orleans ha subido de decibelios.
«Sex Bomb» ha llegado pronto, ha sido la sexta canción, pero los gritos de aprobación que ha lanzado la audiencia al oír los primeros acordes se han transformado en sorpresa cuando Tom Jones ha entonado una versión blues, muy lejana del original.
Pero el veterano intérprete es un tipo simpático que quiere que la gente disfrute, y tras unos primeros compases ralentizados ha subido el tempo y los presentes han podido empezar a bailotear en sus sillas, aunque muchos han preferido sacar los móviles y grabar.
Después ha venido «Tomorrow night», un tema con el que ha recordado a su mujer recientemente fallecida, en un momento emotivo que el galés no ha permitido que fuera meloso.
El country ha tenido su espacio con «Raise a ruckus» y el rock con «Take my love», justo antes de volver a sorprender al respetable con una versión latina de «Delilah»».
Un homenaje a Elvis Presley y otro a Prince han sido el inicio de una recta final muy bailonga, con temas tan esperados como «Its’s not unsual» o «Thunderball».
En «You can leave your hat on», el cantante de 76 años se ha quitado la americana y algunas mujeres han gritado excitadas, confirmando que el que tuvo retuvo.
En este tema, algunas señoras no han podido seguir sentadas y se han levantado a bailar, algo que ha acabado haciendo toda la platea en el tema final: «Strange things happening every day».
EFE/ Rosa Díaz