Insulza anhela una OEA de diálogo «sin exclusión ni sanciones»

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WASHINGTON.- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, dijo hoy que la «peor amenaza» al Sistema Interamericano de Derechos Humanos es que no participen en este todos los países del continente.

«Hubiera querido ver muchas cosas (antes de dejar la OEA), sobre todo que un grupo importante de países ratificara la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que es el fundamento de este sistema», dijo Insulza en la presentación de «Gobernabilidad democrática», el libro en el que hace balance de sus diez años al frente del organismo continental.

Insulza defendió una OEA de diálogo, «sin exclusión ni sanciones«, en la que se agoten todos los recursos políticos antes de «usar instrumentos que deberían ser excepcionales y a los que se recurrió en la época de las dictaduras del sur del continente y en las guerras civiles de Centroamérica».

En su discurso, que tuvo mucho de despedida, el chileno defendió el carácter «único» de la OEA como foro que reúne a todos los países del continente y su compatibilidad con nuevas alianzas regionales en ascenso como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Los 35 países miembros de la OEA forman parte automáticamente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero para integrar la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) los países deben firmar la Convención Americana de Derechos Humanos.

La ausencia más flagrante es la de Estados Unidos, país que aporta alrededor de un 60 por ciento del presupuesto de la OEA, pero en el que la Corte, con sede en Costa Rica, no tiene jurisdicción.

Una baja reveladora de la división en el organismo y muy lamentada ya en su día por Insulza es la de Venezuela, que decidió abandonar la Corte en septiembre del 2012.

«No tiene ningún sentido que todos los países dependan de la Comisión, pero que después, cuando un caso requiere ir a la Corte, sólo vayan los de algunos países», consideró hoy el político chileno ante representantes de gran parte de las misiones ante la OEA en su sede en Washington.

«Mientras subsistan países que no han suscrito la Convención, no la han ratificado o no han reconocido la jurisdicción de la Corte, el sistema estará incompleto y desequilibrado», sostiene en un pasaje de su libro.

Insulza, que será relevado este 26 de mayo por Luis Almagro, dice que se va «contento», pero admite que le habría gustado ver durante su mandato «muchas cosas» que no se han logrado todavía en el continente.

Entre ellas, mejorar la situación económica de la OEA, que acusa grandes retrasos en el pago de las cuotas de los países miembros y tiene una gran dependencia del presupuesto estadounidense, lo que históricamente ha despertado la desconfianza de algunas naciones latinoamericanas hacia la institución.

 

 

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