La Federación Internacional de Periodistas (FIP) condena el «escandaloso» ataque verbal del presidente de la Argentina a los periodistas, luego de que sufrieran violentas agresiones físicas, el destrozo de sus equipos de trabajo y la destrucción de sus registros de parte de grupo de personas que irrumpió en su sala de redacción.
Los periodistas de Tiempo Argentino están involucrados en una larga disputa surgida por la falta de pagos y por el intento de los anteriores dueños del diario de cerrar la empresa. Durante varios meses, ellos han permanecido en las instalaciones del medio y comenzaron a gestionar el diario como una cooperativa.
Durante la madrugada del día lunes, los y las trabajadores y trabajadoras fueron atacados por un grupo de cerca de veinte personas, quienes dijeron encontrarse trabajando para un empresario que reclama ser el propietario del edificio.
El presidente de la Nación Argentina, Mauricio Macri, en lugar de condenar el brutal ataque, lanzó una asombrosa diatriba contra los trabajadores.
En una entrevista con dos medios argentinos, el presidente acusó a los trabajadores de tomar lo que no les pertenecía, condenando cualquier forma de “usurpación”. Mientras comentaba que lamentaba la violencia, agregó que “nadie tiene el derecho de tomar lo que no es suyo”. Cuando fue consultado sobre si se refería a los periodistas, indicó “claro, claro”.
El secretario general de la FIP, Anthony Bellanger, declaró “cuando se trata de una elección entre los derechos humanos de los trabajadores y los egoístas intereses de un próspero empresario, el presidente Macri ha demostrado cuál es su postura. Él ha elegido el lado de la avaricia económica sobre la libertad de expresión. Este escandaloso ataque debilita la credibilidad de un gobierno que dice defender la libertad de expresión”.
La FIP ha escrito a las autoridades argentinas, demandando su pleno apoyo a los intentos de los trabajadores de prevenir el cierre de su diario.