Cepal homenajea en Chile a diplomático español asesinado durante la dictadura

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SANTIAGO DE CHILE.- La Cepal rindió hoy un homenaje a su exfuncionario Carmelo Soria, un diplomático español que fue asesinado en Chile a manos de la policía secreta del dictador Augusto Pinochet en 1976, mientras el europeo prestaba servicios en la institución de las Naciones Unidas.

«La memoria y la presencia de Carmelo Soria acompañan siempre el quehacer de la Cepal, en cuya sede está erigida una placa con su nombre, como mudo testigo de su ausencia», señaló la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en un comunicado difundido esta jornada.

El organismo de la ONU, con sede en Chile, agregó que este homenaje reafirma «el respeto por la memoria y el compromiso con la búsqueda de la verdad y la justicia, que son esenciales para el pleno desarrollo de los pueblos».

Los antecedentes de la investigación del asesinato de Soria, hace 40 años, fueron donados al acervo del Museo de la Memoria y los DDHH de Chile, y están disponibles para el escrutinio público.

En agosto de 2015 la Corte Suprema ordenó la reapertura del caso de Carmelo Soria y el procesamiento de quince agentes por su responsabilidad en el mismo, entre ellos el general Raúl Iturriaga Neumann, los brigadieres Pedro Espinoza, Jaime Lepe, quien fue secretario personal de Pinochet, y Pablo Belmar.

El 17 de mayo pasado la Corte Suprema de Chile solicitó a Estados Unidos la extradición del chileno Armando Fernández Larios, el estadounidense Michael Townley y el exiliado cubano Virgilio Paz Romero, procesados en el país austral por el crimen de Soria.

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Carmelo Soria, sospechoso de pertenecer al Partido Comunista, fue interceptado cuando transitaba en su automóvil el 14 de julio de 1976 por agentes disfrazados de carabineros y llevado a una mansión del lujoso sector santiaguino de Lo Curro, en la que vivían Michael Townley y Mariana Callejas.

Townley tenía en el subterráneo un laboratorio en el que preparaba gas sarín para asesinar a opositores a Pinochet y que servía además como lugar de interrogatorio y tortura, mientras en la casa, su esposa dirigía talleres literarios o celebraba tertulias con conocidos intelectuales de la época.

En esa casa, Soria fue torturado y, como nunca entregó información, le aplicaron gas sarín. Luego, según el testimonio del exagente José Ríos San Martín, lo «destestuzaron» haciendo palanca contra un escaño por medio de la torsión de la cerviz.

El cadáver de Soria fue introducido en su propio automóvil y lanzado a un canal de riego, después que los agentes le vaciaron encima una botella de licor, para hacer creer en un accidente provocado por la ingesta de alcohol.

La muerte de Carmelo Soria es emblemática entre los crímenes de la dictadura de Pinochet (1973-1990).

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