M-19: EL Adiós a las armas sí es posible

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La ultraderecha colombiana, encabezada por   el presidente Álvado Uribe, intenta por todos los medios  de boicotear las negociaciones en la Habana,  entre el gobierno y las FARC, aduciendo que es virtualmente imposible reinsertar a los guerrilleros en la sociedad civil.

Hace una semana, a través de su cuenta en twitter, el también senador Álvaro Uribe Vélez declinó la invitación al diálogo que le hizo el presidente Juan Manuel Santos,   señalando  que es “dañino para la democracia que personas con notoriedad pública distraigan a los ciudadanos en el juego entre el insulto y el elogio, entre la acusación temeraria y la declaración magnánima”.

En cuatro párrafos, Uribe repite los argumentos que ha esgrimido contra Santos y el proceso de paz. “Ha sido dañino para la democracia que personas con responsabilidades públicas aparenten diálogo para claudicar ante el terrorismo”, aduce en su letanía contra los Acuerdos de Paz y la opción de proseguir la feroz guerra  interna    que desangra al país desde hace más de medio siglo.

https://www.youtube.com/watch?v=AUKKP2Ui-Dg

 “Parecería inútil invitar a un diálogo para notificar lo resuelto. Cuando el crimen es campeón el perdón y la reconciliación corren el riesgo de no ser sinceros y la paz sin justicia corre el riesgo de no ser paz.” señala de acuerdo a su peculiar estilo.

La aparición delM-19

Tras las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970 que dieron como ganador a Misael Pastrana Borrero sobre el general Gustavo Rojas Pinilla,los opositores más recalcitrantes denunciaron fraude y anunciaron su opción de la lucha armada.

Tras el Acuerdo de Paz se convirtió en un movimiento político de centro-izquierda conocido como AD-M19 (Alianza Democrática M-19), que ganó cierto respaldo popular y fue uno de los constituyentes de 1991; desapareció a mediados de la década de 1990 y algunos de sus miembros se unieron a otras agrupaciones políticas.

Las elecciones resultaron bastante reñidas y el resultado oficial fue de 1.625.025 votos por Pastrana y 1.561.468 votos por Rojas lo que agudizó el caldeado político y las denuncias de fraude.

Se postergó hasta el día siguiente el conteo final, cuando la victoria que para Gustavo Rojas Pinilla parecía segura, pasó a ser de Misael Pastrana.

E1974, los representantes del ala socialista de la ANAPO Jaime Bateman Cayón, Álvaro Fayad, Iván Marino Ospina, José Gregorio Lozano y Luis Otero Cifuentes, junto con Carlos Toledo Plata, Israel Santamaría, Andrés Almarales, Everth Bustamante García, e Iván Jaramillo conformaron el ‘Movimiento 19 de abril’.

El M-19 desplegó una campaña publicitaria en varios periódicos de Bogotá a través de anuncios de fondo negro que contenían una pequeña frase relacionada con enfermedades como «falta de energía… inactividad? espere», «parásitos… gusanos? espere», «decaimiento… falta de memoria? espere» o «ya llega», seguidas todas por un símbolo de dos triángulos unidos y la sigla M19.

A la actividad publicitaria sucedió el robo de la espada de Simón Bolívar en la toma de la Quinta de Bolívar ubicada en el centro de la ciudad de Bogotá realizada el 17 de enero de 1974 proclamando «Bolívar, tu espada vuelve a la lucha» junto con su consigna de combate «Con el pueblo, con las armas, al poder».

Raquel Mercado, quien era el presidente de la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) acusado de traicionar al sindicato que dirigía y representaba, y el 19 de abril de 1976 lo asesinaron y dejaron su cadáver en la glorieta de una calle de Bogotá, en un hecho que conmocionó al país.

De este asesinato Jaime Bateman dijo: «La decisión de ajusticiarlo la sometimos al veredicto popular. La gente escribió en las calles sí; escribió no; la CTC hizo una gran campaña de carteles para que no lo fusiláramos; los sindicatos discutieron el asunto; algunos miembros de la CTC dijeron incluso, públicamente, que a Mercado había que ajusticiarlo… Él estaba entregado totalmente al imperialismo. En el interrogatorio que le hicimos reconoció que trabajaba para los norteamericanos, que recibía de ellos cuantiosos cheques. Nosotros editamos quinientos mil ejemplares de un folleto en el que presentábamos las pruebas en su contra.»

Secuestro de narcos

En 1980, el M-19 intentó secuestrar al narcotraficante y miembro del Cartel de Medellín, Carlos Lehder, pero el mafioso  escapó mientras lo trasladaban en un carro.Meses después, los militares informaron a uno de los jefes del Cartel de Medellín, Jorge Luis Ochoa que habían interceptado grabaciones del M-19, en las que supuestamente planeaban secuestrarlo.

Ochoa pidió ayuda al capo del narcotráfico y jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar, quien ordenó capturar a los comandantes del M-19.

Los hombres de Escobar, lograron secuestrar a a tres de los más importantes comandantes del M-19 en Medellín: Guillermo Elvencio Ruiz, Luis Gabriel Bernal y alias «Pablo Catatumbo».

https://www.youtube.com/watch?v=1Q_MSb2weLk

Durante el gobierno de Julio César Turbay (1978-1982) desde una residencia aledaña, guerrilleros del M-19 construyeron un túnel de más de 80 metros de longitud, que atravesaba la calle y llegaron a la guarnición militar conocida como Cantón Norte en Usaquén,robando  más de cinco mil armas.

El 27 de febrero de 1980 un grupo de dieciséis guerrilleros del M-19 al mando de Rosemberg Pabón Comandante Uno y de Luis Otero Cifuentes, autor intelectual, tomaron la Embajada de la República Dominicana mientras se celebraba una recepción diplomática con objeto de conmemorar la fiesta nacional de ese país.

Entre los rehenes había representantes diplomáticos de varios países, incluyendo al embajador de Estados Unidos, Diego Ascencio, y el Nuncio Apostólico.

El M-19 pedía la liberación de cerca de 320 presos políticos. A los pocos días se escapó el embajador uruguayo Fernando Gómez Fynn. Después de 61 días de negociaciones con Carmenza Cardona «la chiqui» (ideóloga del M-19), liberaron a los rehenes. El comando guerrillero entregó a los diplomáticos retenidos y viajó a Cuba.

Como consecuencia de la acción represiva contra sus células en las ciudades, el M-19 limitó su carácter urbano y se replegó a las montañas, pero este era un campo que no conocían y sufrieron varios reveses.

Muerte a los secuestradores

En 1981 el M-19 secuestró a Martha Nieves Ochoa, hermana de Fabio Ochoa Vásquez, Juan David Ochoa y Jorge Luis Ochoa, conocidos como los hermanos Ochoa, quienes eran socios del Cartel de Medellín lo que provocó la inmediata reacción de la mafia, reuniendo un ejército privado al que se denominó MAS (Muerte a Secuestradores).

A   través de secuestros intimidatorios la mafia logró la liberación de la plagiada y continuó a través de asesinatos sistemáticos exterminando al M-19 de Antioquia y el Magdalena Medio, pero posteriormente vinieron acuerdos de paz entre Iván Marino Ospina y Pablo Escobar.

El largo camino de la paz

Durante el gobierno de Belisario Betancourt (1982-1986), Jaime Bateman Cayón, dirigente máximo del M-19, propuso al gobierno celebrar una reunión en Panamá con el propósito de adelantar diálogos que permitieran solucionar el conflicto.

Bateman murió el 28 de abril de 1983, supuestamente en un accidente de aviación, y las negociaciones se suspendieron.

Estas se reanudaron y culminaron con la firma de los acuerdos de Corinto, realizados en la misma población del departamento del Cauca, en los que se planteó un cese al fuego y la continuación de los diálogos para la futura desmovilización del grupo guerrillero.

Sectores opuestos a los acuerdos, tanto en el gobierno como en el ejército y en la guerrilla, sabotearon las conversaciones.

Toma del Palacio de Justicia

El día 6 de noviembre de 1985, un comando del M-19 compuesto por 35 guerrilleros al mando de los comandantes Andrés Almarales y Luis Otero Cifuentes ocupó por las armas el Palacio de Justicia, en plena Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, exigiendo que se citase al presidente a juicio.

https://www.youtube.com/watch?v=_Q_eEr_tvUE

La subsecuente reacción del ejército provocó que, con sus balas de cañón, incendiaran el palacio, y en ella cayeron la mayoría de los miembros del comando guerrillero y –según los cálculos oficiales– alrededor de 53 civiles, incluyendo a varios magistrados de la Corte Suprema de Justicia, debido al fuego de los militares y del M-19.

El incidente continúa sin ser esclarecido totalmente, ya que de una y otra parte se siguen lanzando acusaciones. Los miembros del M-19 han afirmado en varias oportunidades que el ejército deliberadamente sacrificó a muchas personas al abrir fuego, mientras que la institución armada y otros sectores de la política colombiana consideran que ante las declaraciones lanzadas por el M-19 durante la toma, no era posible negociar una salida que no condujera a una humillación estatal.

Coordinadora Nacional Guerrillera

En los años 80 el M-19 conformó la Coordinadora Nacional Guerrillera (CNG), en asociación con el Comando Ricardo Franco Frente-Sur y el Movimiento Armado Quintín Lame; en 1987 esta agrupación se reestructuró, añadiéndose las FARC, el EPL y el ELN y se dio a conocer como Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB).

El propósito de esta organización era presentar un frente unido en las negociaciones de paz emprendidas con el gobierno pero además, realizar acciones armadas conjuntas.

En 1988, el dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado fue secuestrado en Bogotá por el movimiento guerrillero M-19. El grupo exige a cambio de su liberación el establecimiento de una Asamblea Nacional Constituyente; durante el cautiverio, Gómez intercambió cartas con el comandante Carlos Pizarro.

En el proceso de negociaciones de paz durante el mandato del presidente Virgilio Barco, el grupo guerrillero había hecho énfasis en que uno de los principales requisitos para deponer las armas era la creación de una Asamblea Nacional Constituyente para modificar la constitución la cual hasta entonces no garantizaba la creación y desarrollo de otros partidos políticos diferentes a los dos partidos tradicionales, ni daba espacio de representación a las minorías.

Ante la negativa del gobierno de hacer una consulta popular que autorizara el cambio constitucional incluyendo una opción en las papeletas para las votaciones generales del 11 de marzo de 1990, los estudiantes, en particular los de las universidades privadas, decidieron hacer un movimiento a nivel nacional para que la población incluyera una «Séptima papeleta» que aglomeró cierto respaldo.

Adios a las armas

El 8 de marzo de 1990 realizaron la entrega de armas en su campamento de Santo Domingo, liderados por su entonces comandante máximo Carlos Pizarro, y se desmovilizaron para convertirse en grupo político que se conoció como Alianza Democrática M-19.

Unos focos del M-19 consideraron como una traición la desmovilización y decidieron continuar con la lucha armada urbana, mientras que otros se fusionaron con otras guerrillas como las FARC y el ELN.

Después del asesinato de Carlos Pizarro, candidato a la presidencia de Colombia, se presentaría en su remplazo Antonio Navarro Wolff, quien consigue el tercer lugar en las votaciones detrás del elegido presidente César Gaviria Trujillo y Álvaro Gómez Hurtado con 739.320 votos, superando a su vez al candidato del partido conservador, Rodrigo Lloreda.

Durante el gobierno de César Gaviria (1990-1994) se presentaron a las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente y el Partido Alianza Democrática M-19 obtuvo 19 curules en la circunscripción especial logrando por este medio la mayor cantidad de puestos para la Asamblea que fue convocada con objeto de redactar la Constitución de 1991.

Antonio Navarro fue elegido para ser copresidente de la Asamblea, junto a Álvaro Gómez Hurtado y Horacio Serpa y en consecuencia firmó la Constitución, promulgada en Bogotá el 4 de julio de 1991. Luego de su participación en la Asamblea Nacional Constituyente, Navarro fue nombrado ministro de Salud por el presidente César Gaviria. Fue también alcalde de la ciudad de Pasto, Representante a la Cámara, Senador.

Es decir, en medio de la violencia, marchas y contramarchas, el M-19 allanó el camino y ,ante el despecho de la ultraderecha ,estableció que el camino del adiós a las armas es difìcil pero posible.

 

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