GINEBRA.- El fenómeno meteorológico La Niña -opuesto a El Niño, que ha tenido devastadores efectos en distintas zonas del mundo entre 2015 y los primeros meses de 2016- se producirá probablemente en el tercer trimestre de este año, pero su intensidad será menor que en ocasiones anteriores.
Según informó hoy la Organización Mundial de la Meteorología (OMM), hay entre un 50% y un 65 % de probabilidades de que La Niña tenga lugar antes de los tres últimos meses del año.
Por otro lado, la organización señaló que tampoco tendrá una intensidad comparable a El Niño sufrido este año, un episodio que la OMM asegura es «improbable» que se vuelva a reactivar.
«Tenemos que esperar a ver cómo se desarrolla el fenómeno en los próximos meses, ya que aunque el océano está preparado para La Niña, la atmósfera parece que aún no», dijo en una rueda de prensa el jefe de la División de Servicios y Aplicaciones del Clima Mundial de la OMM, Rupa Kumar Kolli.
Ambos fenómenos meteorológicos son el resultado de las fases opuestas de interacción entre la atmósfera y el océano Pacífico (incremento o bajada de la temperatura del agua) y tienen efectos opuestos en el clima de diferentes lugares del mundo.
Mientras que El Niño se produce cuando hay un incremento de las temperaturas, lo que tiene diferentes efectos en cada región del mundo, La Niña contribuye a una bajada de dichas temperaturas.
Así por ejemplo, las zonas que han sufrido sequías por El Niño tienden a registrar precipitaciones por encima de la media con La Niña, o viceversa.
Respecto a si La Niña traerá «buenas noticias» a las zonas más afectadas por El Niño como Etiopía -donde se ha sufrido la peor sequía en 30 años-, los expertos de la OMM señalaron que depende de la región.
Y es que La Niña también se asocia con un incremento de la actividad de los huracanes en el océano Atlántico.
Históricamente, «El Niño» ha estado sucedido por «La Niña», especialmente cuando se ha tratado de un episodio intenso, aunque no siempre ocurre, según apunta la OMM.
El último fenómeno de «El Niño» que ha tenido lugar entre 2015 y 2016 ha sido el más intenso jamás reportado, lo que ha contribuido a que en el mismo período las temperaturas hayan sido las mayores registradas a nivel global.
Los primeros seis meses de 2016 fueron los más calurosos de la historia, sobrepasando los récords de 2015, lo que según la OMM apunta a que 2016 será el año más caliente en el planeta pese a los posibles efectos refrescantes de «La Niña».
Aun así, la OMM especificó que estos dos fenómenos no son los únicos que contribuyen ni determinan el clima global.
«Aunque La Niña contribuyese a una bajada de las temperaturas al final de este año o al inicio del siguiente, esto no significaría que los efectos del cambio climático se modificarían sustancialmente», concluyó el director de Predicciones Climáticas de la OMM, Maxx Dilley.
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