El notable tenor español Plácido Domingo ha sido aclamado una vez más en el Festival de Salzburgo, esta vez en el estreno de Thaïs, una de las óperas más representativas del compositor francés Jules Massenet (1842-1912).
«Es una de las obras cumbre de Massenet. Me vuelve loco, es una obra de gran valor», confesó Domingo a Efe antes de su actuación.
Thaïs se presentó esta noche en la Großes Festpielhaus con una única función y en su versión en concierto.
El coro Philharmonia de Viena y la Orquesta de la Radio de Múnich dirigida por Patrick Fournillier pusieron la música en el escenario.
Domingo encarnó en su registro de barítono al monje Athanaël, acompañado por la soprano letona Marina Rebeka, que interpretó hoy por primera vez en su carrera al personaje de Thaïs.
Con una larga y fuerte ovación al final de la función, el público se puso pie para pedir la repetición de uno de los dúos que cantaron Domingo y Rebeka.
En todo momento los asistentes reconocieron con aplausos el trabajo de todo el elenco, pero sobre todo del artista español, quien a sus 75 años sigue cautivando a los asistentes de la misma forma en que lo hizo la primera vez que subió a un escenario en Salzburgo, en 1975.
Asimismo destacó la participación del tenor Benjamin Bernheim y de los seis jóvenes intérpretes, miembros del Proyecto de Jóvenes Cantantes del Festival de Salzburgo, apoyado por Domingo.
«Me da una alegría muy grande el ver éstos cantantes que surgen, he oído voces bellísimas, trabajar con ellos es una de las cosas que me gustan más», aseguró el español.
La ópera con libreto de Louis Gallet, basado en la novela «Thaïs» de Anatole France, narra la historia de Athanaël, un monje interpretado por el cantante español, obsesionado con salvar y convertir al cristianismo a la cortesana Thaïs, mujer de la que al final termina enamorado.