ANKARA.- Tras la detención de miles de presuntos seguidores del clérigo opositor Fethullah Gülen, el gobierno del presidente turco Recep Erdogan amplió su purga política al sector privado, contra 187 empresarios, 60 de los cuales fueron arrestados.
La Justicia turca ordenó confiscar los bienes de los sospechosos, acusados de presuntamente proporcionar ayuda financiera a Fethullah Gülen, a quien Ankara acusa de haber instigado el fallido golpe del Estado del pasado 15 de julio, informaron medios locales.
La policía lanzó registros simultáneos en empresas de 18 ciudades, entre ellas, Estambul, la mayor del país y su corazón económico, informó la agencia Anadolu.
Fuentes de las fuerzas de seguridad citadas por la agencia turca señalaron que las órdenes de arresto iban dirigidas contra 187 empresarios. 60 de ellos fueron detenidos, según el diario Hürriyet.
Los sospechosos están acusados de «pertenecer a la organización terrorista» FETO -el acrónimo empleado por el gobierno para designar al movimiento de Gülen- y de «proporcionarle ayuda financiera».
Un tribunal ordenó además confiscar los bienes de los 187 sospechosos, agregó Anadolu.
Esta redada policial sigue a la llevada a cabo en Estambul el martes contra 51 compañías sospechosas de apoyar la cofradía del predicador, exiliado en los Estados Unidos desde 1999.
Desde la intentona golpista del 15 de julio, fueron arrestadas 40.029 personas, de las cuales 20.355 permanecen detenidas, según anunció el primer ministro turco, Binali Yildirim.
Durante un discurso televisado, el funcionario añadió que 79.900 empleados públicos fueron despedidos, especialmente en el Ejército, la Policía y la Justicia, y que 4.262 empresas o instituciones ligadas a Gülen fueron cerradas.
Por otra parte, el Ministerio de Exteriores griego confirmó el jueves que recibió la petición oficial de Turquía para la extradición de ocho militares turcos que huyeron al norte de Grecia en helicóptero tras el intento de golpe.
Los ocho ciudadanos turcos -seis pilotos y dos ingenieros- niegan su implicación en el fracasado alzamiento. Huyeron a Alexandroupolis, una ciudad en el noreste de Grecia, la mañana siguiente y solicitaron asilo en el país, alegando que temían por su seguridad si regresaban a su país.